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26.7.23

LAS MEMORIAS DE LA VIRGEN (X)

 Las memorias de la Virgen pueden ser obligatorias o libres. Como memorias obligatorias se celebran:

* Bienaventurada Virgen María Reina. El día 22 de agosto se celebra la memoria de Santa María Virgen, Reina. Es la prolongación jubilosa de la solemnidad de la Asunción, a los ocho días después.  Esta memoria fue instituida por Pío XII en 1954 para realzar la realeza de la Virgen, que no se contradice con su condición de sierva pues el que se humilla será ensalzado. El emplear la Iglesia estos términos de realeza y rey para Cristo hacen que estos términos cobren un nuevo sentido. La solemnidad  de la Asunción se prolonga jubilosamente en la celebración de la fiesta de la Realeza de María, que tiene lugar ocho días después y en la se contempla a aquella que, sentada junto al Rey de los siglos, resplandece como Reina e intercede como Madre (MC 6). 

La memoria de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores el 15 de septiembre tiene su origen en el apostolado de la orden Servita y fue extendida a toda la iglesia por Pío VII en 1814. Los Siete Dolores de la Virgen, simbolizados en un corazón con siete puñales, hace alusión a siete dolores de la Virgen, sin especificar cuáles fueron éstos. El número en realidad no tiene importancia y manifiesta una influencia bíblica, dado que en la Biblia se emplea con frecuencia el número siete para simbolizar la indeterminación y la universalidad. Conmemorar los Siete Dolores de la Virgen equivaldría a celebrar todo el inmenso dolor de la Madre de Dios a través de su vida terrena. De todos modos, la piedad cristiana y la tradición suele especificar los dolores de la Virgen en los siguientes hechos: la profecía de Simeón; la huida a Egipto; la pérdida de Jesús en Jerusalén, a los 12 años; el encuentro de María con su Hijo en la calle de la Amargura; la agonía y la muerte de Jesús en la cruz; el descendimiento de la cruz; y la sepultura del cuerpo del Señor y la soledad de la Virgen.  Esta memoria fue introducida en el calendario universal por Pío VII en el siglo XIX siendo Pío X quien la situó en el 15 de septiembre. Es una memoria de origen devocional que remonta a la Edad Media. Tiene un gran contenido teológico: recuerda la presencia de María al pie de la cruz.  Al celebrarse al día siguiente de la Exaltación de la Cruz es una ocasión propicia para revivir el momento decisivo de la historia de la salvación y para venerar junto al Hijo exaltado en la cruz a la madre que comparte su dolor (MC 7).

La memoria de la Bienaventurada Virgen María del Rosario, que celebramos el 7 de octubre, fue instituida por Pío V tras la victoria de Lepanto sobre los turcos en 1571 y entró en el calendario universal en el siglo. XVIII. Hay que aclarar que el objeto de esta celebración no se basa en ningún pasaje evangélico y que el objeto de esta fiesta no es la devoción al rosario sino a la Virgen María. La Virgen, la que mejor supo guardar las enseñanzas de Jesús guardándolas en su corazón, debe ser para nosotros como una memoria continua del Evangelio.  De su mano podemos aprender a ser discípulos de Jesús.

La Presentación de la Bienaventurada Virgen María, que celebramos el 21 de noviembre, es una memoria muy celebrada en la Iglesia oriental. Recuerda la presentación de María en el Templo, al cumplir tres años. No hay que confundir esta memoria con la Presentación de Jesús al Templo. Tiene su origen en la Dedicación de la iglesia de Santa María la Nueva, junto al templo de Jerusalén, allá por el siglo VI. El papa Sixto V la extendió a toda la Iglesia en el año 1585. El contenido de la fiesta es la memoria del gozo de la hija de Sión que se consagra totalmente al Señor. Hace relación a la dedicación que la Virgen hizo de sí misma a Dios. No es un pasaje evangélico ya que tiene su base en los apócrifos (Protoevangelio de Santiago), pero si es posible que sucediera., siguiendo la tradición mosaica.

La memoria obligatoria más reciente ha sido introducida por el papa Francisco, disponiendo que se celebre cada año el lunes siguiente a Pentecostés la memoria de la  Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia. Según señala el Decreto, el Sumo Pontífice Francisco, considerando atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los Pastores, en los religiosos y en los fieles, así como la genuina piedad mariana, ha establecido que la memoria de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, sea inscrita en el Calendario Romano el lunes después de Pentecostés y sea celebrada cada año. Esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana, debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos.

En una próxima entrega veremos las memorias libres.

 


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