Buscar este blog

23.12.19

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR


Un ciclo importante del año litúrgico se nuclea en torno a la festividad de la Natividad del Señor, fiesta fija, que celebramos el 25 de diciembre, Navidad.
La Iglesia celebra el Nacimiento desde el año 336, por disposición del papa san Julio I, aunque en realidad no se sabe con rigor histórico la fecha exacta del Nacimiento y ni siquiera si fue o no en invierno. Los orígenes de esta celebración parecen remontarse a tiempos muy lejanos, teniendo como lugar de inicio la gruta donde nació Jesús. Sobre esa gruta Santa Elena construyó la basílica de la Natividad, allá por el año 326, colocando el altar encima mismo de la gruta. Se ha venido afirmando que los cristianos de Roma habían fijado en el siglo IV la fecha del 25 de diciembre para conmemorar la Natividad del Señor, eligiendo la fecha de la fiesta civil romana del Sol invicto, fiesta muy popular entre los romanos y que evocaba la victoria del sol sobre las tinieblas, divinidad que el emperador Adriano impuso y que tenía su templo romano en el Campo Marzo.
El hecho de elegir la Iglesia esta fecha (solsticio de invierno) tiene un simbolismo. El sol ha alcanzado su punto más bajo en el horizonte y, justamente al comenzar el invierno, comienza de nuevo a levantarse, simbolizando a Cristo, Sol naciente que con su luz alumbra a la Humanidad a la que ha venido a salvar. Con la venida de la nueva luz y el nacimiento del Sol (fiesta pagana) los creyentes celebramos a Cristo, luz que no se apaga jamás y Sol que ilumina a todos los hombres. Posteriormente se introdujo y generalizó la costumbre romana de la Misa de medianoche (la tradicional Misa del Gallo), que se empezó celebrando en la basílica romana de Santa María la Mayor, basílica romana erigida como imitación de la de la Natividad en Belén.
La Iglesia celebra estos días el misterio de la manifestación del Señor. La Navidad del Señor es una celebración entrañable, a la que contribuyó decisivamente san Francisco de Asís cuando, en el año 1223, hizo representar con personajes la escena de Belén, origen de los actuales belenes y nacimientos, tan arraigados en la religiosidad popular. La cena navideña en familia, la asistencia a la Misa del Gallo y el beso a la imagen del Niño Jesús son elementos muy entrañables y queridos por el pueblo cristiano.
La Liturgia de este día es muy especial, pues e
n el día de Navidad los sacerdotes pueden celebrar la Eucaristía tres veces, siempre que sea en su hora propia –medianoche, mañana y tarde–, circunstancia que se volverá a repetir solamente el día de los difuntos. El misal nos presenta cuatro formularios de misas propias: la misa vespertina de la vigilia, la misa de medianoche (la del gallo), la misa de la aurora y la misa del día, con una hermosa antífona de entrada (Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado…).
Se usa el color blanco y al final de la misa se da a besar el Niño y se bendice el Belén que se haya compuesto en la iglesia. Las misas usan alguno de los prefacios de Navidad, vuelve el Gloria y en el Credo, a las palabras «Y por obra del Espíritu Santo…» todos se arrodillan. Los fieles que han comulgado en la misa de medianoche pueden volver a hacerlo en la misa del día.
Comienza un nuevo tiempo litúrgico, el tiempo de Navidad, que durará hasta el domingo posterior a la Epifanía, Fiesta del Bautismo del Señor, en este caso el domingo 12 de enero.     

1.12.19

CALENDARIO LITÚRGICO 2019-2020


El domingo 1 de diciembre de 2019 es primer domingo de Adviento, dando pues comienzo un nuevo Año Litúrgico.
Cada año litúrgico comienza siempre en las vísperas del  domingo más próximo al 30 de noviembre, fiesta del apóstol San Andrés.
El domingo pascual, núcleo del año litúrgico, quedó fijado por el Concilio de Nicea, reunido el año 325, que dispuso que la Pascua se celebrase el domingo posterior al primer plenilunio del equinoccio de primavera, o dicho de otra manera, el domingo que sigue a la primera luna llena que haya después del 22 de marzo. La  Pascua de Resurrección es, por lo tanto, una fiesta variable y necesariamente deberá oscilar entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Una vez fijado el domingo pascual de cada año se establecen los demás tiempos movibles y sus fiestas: el tiempo pascual (cincuenta días posteriores) con su final en la solemnidad de Pentecostés y el tiempo cuaresmal (cuarenta y cuatro días atrás si contamos desde el Miércoles de Ceniza al Jueves Santo), además de las solemnidades dependientes del Domingo Pascual y de Pentecostés: Ascensión, Santísima Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón. 
Este año que comienza es Ciclo A, año par.
En este nuevo año litúrgico, las festividades móviles quedan establecidas así:
Comienza el Adviento
I Domingo de Adviento: 1 de diciembre de 2019.
La Sagrada Familia: Domingo, 29  de diciembre de 2019. Fiesta.
Bautismo del Señor: Domingo, 12 de enero de 2020.  Fiesta. Finaliza el tiempo de Navidad y comienza el Tiempo Ordinario, primera parte.
Comienza la Cuaresma
Miércoles de Ceniza: 26 de febrero de 2020.
Domingo de Ramos en la Pasión del Señor: 5 de abril de 2020.
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor: 12 de abril de 2020. Comienza el Tiempo Pascual.
Ascensión del Señor: Domingo, 24 de mayo de 2020. Solemnidad.
Domingo de Pentecostés: 31de mayo de 2020. Solemnidad. Termina el Tiempo Pascual. 
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote: Jueves 4 de junio de 2020. Fiesta.
Santísima Trinidad: Domingo, 7 de junio de 2020. Solemnidad
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: Domingo, 14 de junio de 2020. En Sevilla se mantiene la procesión y Liturgia el jueves anterior, 11 de junio de 2020. Solemnidad.
Sagrado Corazón de Jesús: Viernes, 19 de junio de 2020. Solemnidad
Jesucristo, Rey del Universo: 22 de noviembre de 2020. Solemnidad
La Natividad del Señor (25 de diciembre), Epifanía del Señor (6 de enero), Transfiguración del Señor (6 de agosto) y Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) tienen fecha fija, al  igual que las solemnidades y fiestas de la Virgen María: Inmaculada Concepción (8 de diciembre, hasta la hora nona en 2020, ya que el día siguiente es II Domingo de Adviento); María, Madre de Dios (1 de enero) y Asunción a los Cielos (15 de agosto).
En el año 2020, el Tiempo Ordinario comprende 33 semanas, de las cuales las siete primeras se celebran antes de Cuaresma, comenzando el 13 de enero, lunes siguiente a la fiesta del Bautismo del Señor, hasta el 25 de febrero, día anterior al Miércoles de Ceniza. Se reanuda de nuevo el tiempo ordinario con la IX semana, el día 1 de  junio, lunes después del domingo de Pentecostés, hasta el sábado  28 de noviembre, vísperas del I Domingo de Adviento del nuevo Año Litúrgico. Este año se omite la VIII semana del Tiempo Ordinario.

FIESTAS DE PRECEPTO EN ESPAÑA
- 1 enero: Santa María, Madre de Dios. Solemnidad
- 6 enero: Epifanía del Señor. Solemnidad
- 19 marzo: San José, esposo de la Virgen María. Solemnidad
- 25 julio: Santiago, apóstol. Solemnidad en España
- 15 agosto: La Asunción de la Virgen María. Solemnidad
- 1 noviembre: Todos los Santos. Solemnidad
- 8 diciembre: La Inmaculada Concepción de la Virgen María. Solemnidad
- 25 diciembre: La Natividad del Señor. Solemnidad
Cada diócesis debe añadir las fiestas que acuerde el obispo. La Iglesia considera como días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de Cuaresma.
Recordamos que son días de abstinencia TODOS los viernes del año, no sólo los de Cuaresma (excepto si coinciden con alguna solemnidad), que puede sustituirse por  cualquiera de las siguientes prácticas recomendadas por la Iglesia: lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la santa misa, rezo del rosario, etc.) y mortificaciones corporales. Ayuno y abstinencia son el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. La ley de la abstinencia obliga a todos los mayores de 14 años en adelante y la del ayuno a los mayores de edad hasta los 59 años (CDC cánones 1249 y siguientes).
LIBROS QUE SE UTILIZAN DURANTE ESTE AÑO
Liturgia de las Horas
Volumen I, II, III y IV.
Misa
Misal Romano.
Leccionario I-A
Leccionario II: Ferias de Tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua.
Leccionario III-par: Ferias del Tiempo Ordinario.
Leccionario IV: Propio de los santos y misas comunes.
Oración de los fieles.
Libro de la Sede.
El resto de Leccionarios, cuando se precisen.

7.10.19

ALGUNOS DETALLES SOBRE LA INTERVENCIÓN DE LOS ACÓLITOS EN LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA.



Vamos en este artículo a relacionar algunos detalles sobre el comportamiento y actuación de los acólitos durante la celebración eucarística, unos más y otros menos conocidos. Los ejemplos están tomados del Ceremonial de los Obispos, libro lítúrgico que, además de ordenar la liturgia episcopal, entra en muchos pormenores que no se hallan en otros documentos.  
En primer lugar veamos algo tan frecuente como portar los ciriales en la procesión de entrada o salida. Según el modo romano, o sea, nuestra Liturgia, los acólitos tomarán los ciriales con la manos de tal forma que el que avanza por la parte derecha sujetara con su mano izquierda la base del cirial y con la derecha el nudo central del cirial o candelabro, mientras que el acólito que avanza por la parte izquierda colocará la mano derecha en el pie del cirial y la manos izquierda en el nudo. Pura simetría.  
Un tema que detalla muy pormenorizadamente ese Ceremonial es la función del turiferario y la forma de usar el turíbulo. Así, indica que, cuando avanza en la procesión, siempre el primero, el turiferario llevará el incensario con la mano derecha, introduciendo el dedo pulgar en el anillo mayor y con el dedo corazón controlará el anillo menor de la cadena, para levantar la tapa. Si va solo, en la mano izquierda llevara, por su pie, la naveta con el incienso y la cucharilla. Procurará llevar las dos manos a la misma altura. Si van dos acólitos, el que porta la naveta se situará a la izquierda del turiferario, llevando la naveta por su pie con la mano derecha y colocará, al igual que el turiferario, su mano izquierda sobre el pecho.
Al presentar al obispo (o al presbítero que preside) el incensario pueden hacerlo dos acólitos: uno lleva el incensario y a su izquierda el de la naveta, que presenta abierta al obispo, aunque de ordinario, si hay diácono, a éste le corresponde ofrecer la naveta. Si solo hay un acólito llevará ambas cosas: el incensario en la mano izquierda y la naveta con la cucharilla en la mano derecha. El obispo echa por tres veces incienso y, una vez devuelta la cucharilla al ministro, hace la señal de la cruz con su mano derecha sobre el incienso del incensario sin decir nada.
El diácono y/o el acólito, cuando entreguen el incensario al obispo o al presbítero que preside la celebración, lo hacen colocando la parte superior de las cadenas en la mano izquierda de quien lo recibe y el incensario con las brasas en la derecha.
Para finalizar digamos que quien inciensa debe tomar con la mano izquierda y por su parte superior las cadenas que sostienen al incensario y con su mano derecha toma las mismas cadenas cerca del incensario. Debe procurar no balancearse al tiempo que el incensario. La mano izquierda, que sostiene el incensario por su parte superior, estará fija y quieta junto al pecho y el brazo y la mano derecha se moverán con comodidad con los movimientos del incensario, sin extender el brazo. Debe moverse la muñeca sobre todo. Para incensar al presidente de la celebración se debe colocar en el extremo derecho del altar y a una distancia suficiente como para evitar golpear al presidente.
Recordamos que el acólito, cuando inciensa, siempre da tres golpes dobles de turíbulo y tiene asignado (en ausencia de diácono) incensar al presidente, a los concelebrantes, al pueblo y en la consagración a la Hostia y al Vino, en este caso siempre de rodillas. 




5.10.19

Manual de Liturgia.

MI ÚLTIMO LIBRO, PUBLICADO POR LA EDITORIAL ALMUZARA




La Liturgia y la piedad popular son aspectos poco estudiados y conocidos en el mundo de las cofradías. La abundancia de estudios sobre la imaginería, los bordados, el mundo del costal, la orfebrería, los vestidores, la historia de esas corporaciones y otros muchos aspectos de esa realidad multiforme que es la Semana Santa parecen ocultar y perder de vista que todos esos elementos no tienen sentido, pierden su esencia, si se desvinculan del fin al que se dirigen: el culto a sus Titulares. Sin el culto no tendrían sentido, salvo como curiosidad antropológica o tradicional.

En este libro sobre Liturgia el autor aborda todos los elementos litúrgicos que un buen cofrade debe saber, conocimientos que deberían ser imprescindibles para miembros de juntas de gobierno y diputados de cultos, y en general para cualquier católico amante de la Liturgia. Pero no sólo se queda ahí, también Luengo Mena hace incursiones en el Derecho Canónico y otros temas, abordando asuntos como el gobierno de la Iglesia, la situación de los divorciados en la Iglesia, el protocolo eclesiástico y civil y, en definitiva, temas de sumo interés para cualquier católico. Estamos ante un libro completo, redondo, que bien puede convertirse en el manual de referencia para el cofrade comprometido.









6.1.19

EL CABILDO DE LA CATEDRAL I



Vamos a dedicar un par de artículos a explicar y comentar cómo es y que funciones tiene el Cabildo de una catedral. Voy a tomar como referencia a la catedral de Sevilla, ciudad desde la que escribo, pero que puede ser, con adaptaciones, fácilmente extrapolable a otras catedrales.
Ante todo hay que señalar que el Cabildo tiene unos Estatutos por los que se rige, al igual que unas Reglas de coro, que ordenan y regulan las funciones de cada capitular y un Reglamento de Régimen interno.
El Estatuto de la catedral, en su artículo primero define al Cabildo: «El Cabildo de la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla es el colegio de sacerdotes, erigido por la Sede Apostólica, al que corresponde celebrar diariamente las funciones litúrgicas con mayor solemnidad en dicha Iglesia; le compete además cumplir aquellos oficios que el derecho o el Arzobispo de Sevilla le encomienden».
Y en su artículo 2 se afirma que «Por ser la Catedral la Sede del Arzobispo de Sevilla, éste goza en la misma de plena jurisdicción, a la que está subordinado el propio Cabildo, en el que tiene la plenitud de facultades que le asigna el derecho, como cabeza que es del mismo». O sea, el arzobispo tiene plena autoridad y jurisdicción sobre el Cabildo, que tiene personalidad jurídica propia tanto civil como eclesiástica.
«El escudo del Cabildo es ovalado en campo de azur: Giralda en oro mazonada de sable y aclarada en azur, en el centro; acostadas dos jarras de azucenas del mismo metal: timbrado de corona real abierta»[1].
El Cabildo de la catedral de Sevilla puede tener un máximo de 35 capitulares, siempre nombrados por el arzobispo. Es frecuente que haya canongías vacantes. El Pleno del  Cabildo elige a su Presidente entre sus miembros en activo, al cual el arzobispo tendrá que confirmar y le conferirá la dignidad de Deán.
Dentro del Cabildo hay algunos canónigos que tienen un especial encargo o dedicación. Por ese motivo no son elegidos sino que son asignados directamente por el arzobispo. Así, podemos citar:
Penitenciario, que tiene el oficio que le asigna el Código de Derecho Canónico, o sea, la facultad ordinaria, no delegable, de absolver en el fuero sacramental de las censuras «latae sententiae» no declaradas, ni reservadas a la Santa Sede, incluso respecto de quienes se  encuentren en la diócesis sin pertenecer a ella, y respecto a los diocesanos, aun fuera del territorio de la misma[2].
Doctoral, que es el asesor jurídico del Cabildo.
Lectoral, que es el asesor del Cabildo en Sagradas Escrituras.
Magistral, que es el asesor teológico del Cabildo.
Prefecto de Liturgia, que es el coordinador último de las celebraciones litúrgicas del Cabildo, así como asesor del Cabildo en la materia.
Maestros de Ceremonias, que son dos y se alternarán en la coordinación de las celebraciones litúrgicas del Cabildo. En ausencia de ambos, hace su oficio el sacristán mayor.
Maestro de Capilla, que es el responsable de las actuaciones polifónicas en los actos corales y de las actuaciones de los Seises, así como asesor del Cabildo en materia de canto litúrgico.
Organista, que es el responsable de la música de los órganos y armonios de la Catedral y del uso de los mismos, así como asesor del Cabildo en materia de órgano.
Sochantre, que es el responsable del canto gregoriano en los actos corales, así como asesor del Cabildo en esta materia.
Cantores, que constituyen la capilla polifónica ordinaria de la Catedral y sostienen el canto antifonal y sálmico en las celebraciones corales, debiéndose designar a uno de ellos, especialmente preparado, para suplir al Maestro de Capilla.
Capellanes Reales de San Fernando que, en número de seis, cuidarán la atención pastoral de la Capilla Real.
También compete al arzobispo conferir las Dignidades de Arcipreste, Arcediano, Chantre, Maestrescuela, Tesorero y Capellán Mayor de San Fernando, que tienen una función puramente honorífica. En algunas festividades pueden usar mitra.
El Cabildo encomendará ad casum el ejercicio de un oficio a una persona debidamente preparada, preferentemente ministro ordenado o instituido, cuando el oficio no pueda ser ejercido por canónigos titulares.
Los canónigos se jubilan preceptivamente a los 75 años de edad, produciendo la correspondiente vacante y quedando en situación de canónigos eméritos.
En otro artículo abordaremos otras cuestiones referidas al Cabildo y su funcionamiento, así como la competencia de los diversos oficios y ministerios.




[1] Estatutos del Cabildo, Artículo 5
[2] CDC 508 § 1