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30.1.08

EL MIÉRCOLES DE CENIZA

El Miércoles de Ceniza es un día privilegiado litúrgicamente hablando, ya que en la tabla de los días litúrgicos según la precedencia aparece en el segundo grupo, al mismo nivel que los domingos de Adviento o la octava de Pascua por ejemplo. En ese día comienza uno de los llamados “tiempos fuertes”: la Cuaresma. Es día de ayuno y abstinencia (como el Viernes Santo) y la Liturgia nos presenta presenta el rito, característico, de la imposición de la ceniza.
En la Misa de ese día se bendice y se impone la ceniza, hecha de los ramos de olivo o de otros árboles, bendecidos el año precedente. Se omite el acto penitencial, que se sustituye por la imposición de la ceniza, después de la homilía. Tras una oración impone en la cabeza o la frente la ceniza a los presentes con cualquiera de las dos fórmulas que propone el Misal: “Convertios y creed en el Evangelio” o bien “Acuérdate de que polvo eres y al polvo volverás”. Es conveniente que el sacerdote presidente también se la imponga o le sea impuesta por algún fiel. Debe ser el primero en dar ejemplo de que se suma también a ese camino de conversión
Después sigue la Oración de los fieles y comienza normalmente la Liturgia eucarística. No se dice el Credo.
También existe la posibilidad de imponer la ceniza fuera de la misa. En este caso debe ir acompañado el rito con una Liturgia de la Palabra.
Los días posteriores a este miércoles, hasta el primer domingo de Cuaresma, se llaman jueves, viernes y sábado después de Ceniza. El color morado de las vestiduras sagradas es el propio de este tiempo.
Haciendo un poco de historia de este rito al principio se limitaba a los penitentes públicos, o sea, al grupo de pecadores que recibirían la reconciliación el Jueves santo. Desde el siglo XI comenzó a aplicarse este rito a todos los cristianos. Toda la comunidad se reconocía pecadora y se convirtió en un gesto de conversión cuaresmal.
La ceniza nos recuerda nuestra condición débil y caduca. Además, somos pecadores.
En el Antiguo Testamento hay numerosos ejemplos del uso de la ceniza como elemento penitencial y de arrepentimiento, Baste esta cita: “Josué desgarró sus vestidos, se postró rostro en tierra y todos esparcieron polvo sobre sus cabezas y oraban a Yahve” (Jos7,6).
Jesús Luengo Mena

16.1.08

EL MISAL ROMANO II





Continuamos en este segundo artículo analizando el contenido del Misal Romano. Tras el Propio del Tiempo, el Ordinario de la Misa y el Propio de los Santos vienen cinco apartados.


d) Las Misas Comunes. Esta parte del misal comprende siete conjuntos de formularios, comunes a otras tantas categorías de santos, incluyendo el Común de la dedicación de la iglesia, que aparen­temente no parece encajar bien aquí, sino entre las misas rituales. Se coloca a la cabeza de todos los comunes de los santos del Común de la Santísima Virgen, con siete formularios distribuidos por tiempos litúrgicos no estando su uso restringido a los sábados. Los restantes comunes responden a la nueva clasificación establecida en el curso de la reforma litúrgica, clasificación seguida también por la liturgia de las Horas: en primer lugar, los mártires (los apóstoles no tienen común en este misal, ya que tienen formularios propios); siguen los pas­tores, doctores, las vírgenes y los santos y santas. En estos últimos aparecen, además de los formularios verdaderamente comunes, unos for­mularios específicos para religiosos, educadores, etc. Se llaman comunes porque valen para cualquier santo que entre en la clasificación hecha. Por ejemplo, para la misa de un doctor de la iglesia. La individualización se hace al nombrarlo en el sitio correspondiente y señalado en el Misal (generalmente en la colecta y a veces en las demás oraciones presidenciales).

e) Las Misas rituales son una sección nueva en el misal, justificada desde el momento en que el Vaticano lI dispuso que los sacramentos de la confirmación y el matrimonio se celebrasen dentro de la misa (cf SC 71 y 77), así como la profesión religiosa (SC 80). Actualmente todos los sacramentos –excepto la penitencia– tienen cabida en la celebración de la eucaristía, manifestando así la íntima unidad y relación de todos los ritos sacramentales con el misterio eucarístico. Así pues hay siete grupos de formularios bajo las siguientes denominaciones: En la celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana, En la celebración de la confirmación; En la administración de las órdenes; En la administración del viático; Por los esposos (en la celebración del matrimonio y en los aniversarios); En la consagración de vírgenes; En la profesión religiosa (varios formularios).

Misas rituales son también la misa crismal, que podría tener su lugar aquí, y la misa exequial. La unción de los enfermos y la comunión para un enfermo permiten la celebración de la misa en casa de éstos o en la iglesia. Sin embargo, para estos ca­sos es preciso acudir a las misas votivas de la eucaristía o por los enfermos.

f) "Misas por diversas necesidades. Son Misas y oraciones que pueden decirse en distintas ocasiones, según sea necesario o conveniente para la comunidad. Se agrupan en cuarenta y seis títulos, divididos en cuatro secciones: Por la Santa Iglesia, Por las necesidades públicas, En diversas circunstancias públicas y Por algunas necesidades particulares. La segunda edición del misal añadió antífonas a algunos formularios y adjudicó diversos prefacios para algunas misas. Aquí podemos encontrar, por ejemplo, una misa para impetrar el bien de la lluvia o por las vocaciones religiosas.

g) "Misas Votivas. Las misas votivas "se eligen libremente, según la piedad de los fieles, sobre los misterios del Señor o en honor de la santísima Virgen o de los santos". Ha desaparecido, no obstante, la relación de las misas con los días de la semana, de forma que los formularios actuales están distribuidos siguiendo un orden jerárquico. Hay que tener en cuenta la posibilidad de celebrar la misa votiva de cualquier santo que esté en el martirologio del día en los días de memoria libre o en las ferias del tiempo ordinario.

Las misas votivas forman series: grupo 1.°, misterios del Señor: Eucaristía, Nombre de Jesús, Preciosísima Sangre, Corazón de Jesús, Espíritu Santo; grupo 2.°, ángeles y santos: Santos Ángeles, san José, Todos los apóstoles, san Pedro, san Pablo, un solo apóstol, Todos los santos. La segunda edición típica del misal añadió dos misas de la santísima Virgen: Madre de la Iglesia y Nombre de María, y una misa de san Pedro y san Pablo.

h) Misas de difuntos. Cuenta con once formularios completos y con catorce series de oraciones por diversos tipos de difuntos. Una novedad importante y significativa es la distinción de formularios para el tiempo pascual y fuera del tiempo pascual, y la duplicidad de colectas en algunos formularios, para elegir.

Nota importante: No se ofrecen sufragios por los niños muertos antes de uso de razón, y menos por los que no han llegado a nacer. Se puede celebrar misa cuando muere un niño, pero no de sufragio sino de gloria, como se suele llamar. Tampoco se dice Misa de difuntos por las almas de los santos beatificados o canonizados, ya que la misa de difuntos es para pedir por sus almas, y ellos ya no lo necesitan. Se celebra la Misa de la fiesta correspondiente que siempre es de acción de gracia, solicitando la ayuda de Dios por la intercesión de los mismos.

3. EL APÉNDICE.

El Misal Romano recoge al final algunos elementos de interés: Plegarias eucarísticas, colectas para el Común de la Virgen María, el rito de la bendición y aspersión del agua bendita, once esquemas de oración de los fieles, el rito para designar a un ministro ocasional de la comunión, un Propio de los Santos y más Misas votivas. Algunas versiones añaden los cantos del ordinario de la misa. También aparece, al final, la misa en latín. Finalmente los índices: alfabético de celebraciones (del Señor, de la Virgen y de los santos), de prefacios y general.

Jesús Luengo Mena

10.1.08

EL MISAL ROMANO I




El Misal Romano, que también se puede llamar como “libro del altar, oracional o libro del celebrante” es el libro oficial según el cual la Iglesia celebra la Eucaristía, conteniendo las oraciones de la Misa. Podemos decir que consta de tres partes: una sección introductoria con los documentos de promulgación del libro y las respectivas normas, el cuer­po del misal propiamente dicho donde están los formu­larios litúrgicos y un apéndice, al que siguen los índices. Para las lecturas su usa el Leccionario. El complemento del Calendario Litúrgico-Pastoral de cada año es obligado para conocer sin fallo las distintas Misas y celebraciones del día a día.
Es sumamente útil que los laicos que desempeñan funciones de ayuda al altar o a la palabra, tanto acólitos o lectores, instituidos u ocasionales, conozcan el contenido y estructura del Misal, para mejor poder ayudar al celebrante. En dos artículos consecutivos vamos a analizarlo brevemente.

1. LA SECCIÓN DOCUMENTAL.
En este primer apartado figuran varios documentos, siendo tal vez el más importante la OGMR (Ordenación General del Misal Romano), documento en el que se describen todos los elementos de la celebración de la misa y exponen todas las principales normas para su desarrollo ritual.
Como complemento a las normas de la misa se publican también el Motu propio Mysterii paschalis y las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y sobre el Calendario, así como el Calendario Romano General y propio de España.

2. EL CUERPO DEL MISAL.
Com­prende ocho grandes bloques: El Propio del Tiempo, el Ordinario de la Misa, el Propio de los Santos, las Misas Comunes, las Misas Rituales, las Misas y oraciones por diversas necesidades, las Misas Votivas y las Misas de Difuntos.
Analizamos ahora solamente los tres primeros bloques.

a) El Propio del Tiempo es la parte fundamental del misal, el ciclo que desarrolla el misterio salvador en su totalidad en torno al sa­grado recuerdo de la vida y de la obra de Cristo (cf SC 102). Consta de las antífonas y las llamadas oraciones presidenciales (colecta, oración sobre las ofrendas y poscomunión). Se comienza con las oraciones del Adviento, para seguir con los demás tiempos fuertes: Navidad, Cuaresma, Triduo pascual y Pascua. Acaba esta parte con las oraciones del Tiempo Ordinario y las de las solemnidades del Señor que tienen lugar en este tiempo: Santísima Trinidad, Corpus Christi, Corazón de Jesús y Cristo Rey.

b) El Ordinario de la Misa comprende las partes que son comunes a todas las Misas: saludos, acto penitencial, Gloria, Credo, Liturgia eucarística con los prefacios y las cuatro plegarias eucarísticas más empleadas, el rito de comunión y los ritos de conclusión. Esta parte se encuentra situada hacia la mitad del misal, entre el Propio del Tiempo y el Propio de los Santos. El hecho de que esta parte sea común a todas las Misas no quiere decir que el Misal no ofrezca fórmulas variadas, adaptadas a los tiempos litúrgicos, para elegir las que pastoralmente resulten más eficaces (acto penitencial, aclamaciones, la paz, etc). Las plegarias eucarísticas –las cuatro más usadas– van señaladas con una pestaña verde en su comienzo. El resto de las plegarias eucarísticas, como la V en sus cuatro versiones, las de la reconciliación y las de niños, van al final, en el apéndice señaladas también con pestañas verdes. Termina este aparatado con un formulario para las bendiciones solemnes y oraciones sobre el pueblo.

c) El Propio de los Santos ocupa un bloque compacto, distribuyendo los formularios por meses, a partir de enero hasta diciembre. Consta cada santo como mínimo de la oración colecta, aunque algunos santos cuen­tan con formulario completo (ofrendas, poscomunión y en algunos casos prefacio), y otros con formulario para la vigilia además del propio del día: san Juan Bautista, san Pedro y san Pablo y la Asunción de María. En este apartado están también las fiestas fijas del Señor (dos de febrero la Presentación, veinticinco de marzo la Anunciación, seis de agosto la Transfiguración, 14 de septiembre la Exaltación y nueve de noviembre la Dedicación de la basílica de Letrán) más todas las solemnidades, fiestas y memorias de la Santísima Virgen (excepto el uno de enero).
Jesús Luengo Mena

1.1.08

FIESTAS DE PRECEPTO EN ESPAÑA PARA EL AÑO 2008

El CDC, en su canon 1246, al hablar de los días de fiesta, nos dice: “El domingo, en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto. Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, Todos los Santos”. Añade posteriormente que la Conferencia Episcopal, previa aprobación de la Santa Sede, puede suprimir o trasladar al domingo algunas de las fiestas de precepto.
Para el año 2008, la Conferencia Episcopal española ha dispuesto las siguientes fiestas de precepto:
1 enero Santa María, Madre de Dios.
6 enero Epifanía del Señor.
19 marzo San José, esposo de la Virgen María (en 2008, San José se celebra el 15 de marzo, no es fiesta de precepto).
25 julio Santiago, apóstol.
15 agosto La Asunción de la Virgen María.
1 noviembre Todos los Santos.
8 diciembre La Inmaculada Concepción de la Virgen María.
25 diciembre La Natividad del Señor.
Cada diócesis debe añadir las fiestas que acuerde el Obispo.
Además, todos los domingos del año (no se olvide que las solemnidades de la Ascensión y Corpus Christi han pasado al domingo siguiente).

Las celebraciones móviles del año 2008 son las siguientes:
Bautismo del Señor: 13 de enero.
Miércoles de Ceniza: 6 de febrero.
Domingo de Resurrección: 23 de marzo.
Ascensión del Señor: 4 de mayo.
Domingo de Pentecostés: 11 de mayo.
Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote: 15 de mayo.
Santísima Trinidad: 18 de mayo.
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: 25 de mayo.
Sagrado Corazón de Jesús: 30 de mayo.
Jesucristo, Rey del Universo: 23 de noviembre.
Domingo I de Adviento: 30 de noviembre.
Sagrada Familia: 28 de diciembre.
EL TIEMPO ORDINARIO
En el año 2008, el tiempo ordinario comprende 34 semanas, de las cuales cuatro se celebran antes de Cuaresma, comenzando el día 14 de enero, lunes siguiente a la fiesta del Bautismo del Señor, hasta el 5 de febrero, día anterior al miércoles de Ceniza. Comienza de nuevo el tiempo ordinario en la semana VI el día 12 de mayo, lunes después del domingo de Pentecostés. Se omite la V semana.
Jesús Luengo Mena

Fuente: Calendario Litúrgico-Pastoral 2008. Comisión Episcopal (española) de Liturgia.
CDC: Código de Derecho Canónico