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1.8.21

EL PALIO ARZOBISPAL

 

El próximo 11 de septiembre de 2021, sábado, a las 11h tendrá lugar en la catedral de Sevilla la misa en la cual se le impondrá el palio al nuevo arzobispo José Ángel Saiz. La misa contará con la participación del nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza, que será quien se lo imponga como representante del Papa y de los obispos de las diócesis comprendidas en la Provincia Eclesiástica de Sevilla: Córdoba, Cádiz y Ceuta, Asidonia-Jerez, Huelva, Canarias y Tenerife.

 

Previamente, el pasado 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, había tenido lugar en la basílica del Vaticano el acto de bendición de los palios con los que el papa Francisco distingue a los prelados que han sido nombrados arzobispos en el año en curso, un total de 34 arzobispos procedentes de todos los continentes. Hasta hace poco eran los Papas quienes imponían el palio pero el papa Francisco, desde 2015, ha cambiado el rito.

 

Hasta aquí la información. Pero debemos preguntarnos ¿en qué consiste el palio arzobispal? ¿Tan importante es su imposición que se rodea de tantos ritos? En Sevilla, hablar de palio lleva inmediatamente a los pasos de palio de nuestras dolorosas. Nada tiene que ver este palio, salvo el nombre.

Los obispos llevan una serie de «insignias pontificales» que son de uso exclusivo del orden episcopal: el anillo, el báculo, la mitra, la cruz pectoral, y, además, el palio si le corresponde por derecho.

El palio, signo del  ministerio y del servicio que prestan en la Iglesia,  es una banda estrecha de lana blanca cosida en forma circular de la cual caen dos tiras cortas en sentido vertical, sobre el pecho y espalda. Va adornado con seis cruces negras, cuatro de ellas en la banda circular y las otras dos en los extremos. Se lleva sobre la casulla colgado de los hombros, a modo de escapulario. Lo usan los arzobispos metropolitanos (caso del de Sevilla) y algunos obispos como signo de autoridad y jurisdicción. Los Papas lo usaban hasta hace poco con cruces rojas pero el papa Francisco usa la misma que los obispos, con cruces negras, para así visualizar mejor su comunión con el ministerio del obispado.

El arzobispo residencial que haya recibido ya el palio lo lleva dentro del territorio de su jurisdicción cuando celebra Misa Estacional, o por lo menos con gran solemnidad, y también cuando hace las ordenaciones, la bendición de un abad, de una abadesa, la consagración de vírgenes y la dedicación de una iglesia y de un altar.

El palio fue inicialmente usado sólo por el Papa desde el siglo IV y, posteriormente, lo fue otorgando también a los arzobispos para expresar la fidelidad y la comunión de éstos con el obispo de Roma. El ceremonial de los obispos describe puntualmente el rito a seguir  (núms 1149 al 1155).

Benedicto XVI, al recordar el sentido del palio dijo: Recuerda los corderos y las ovejas de Cristo, que el Señor ha confiado a Pedro con la tarea de apacentarles. El palio también recuerda a Cristo mismo, que como Buen Pastor, ha tomado sobre sus hombros a la oveja perdida, la humanidad, para devolverla a casa.

 Como curiosidad terminamos añadiendo que la lana del palio procede de dos corderos bendecidos en la basílica de Santa Inés y que son presentados al Papa en la fiesta de Santa Inés, el 21 de enero. Los palios quedan depositados junto a la tumba del apóstol Pedro hasta el momento de ser bendecidos solemnemente por el Papa para los nuevos arzobispos nombrados durante el año, en la Eucaristía de la fiesta de San Pedro y San Pablo.

Los palios son confeccionados por las religiosas benedictinas del monasterio de Santa Cecilia, situado en el barrio romano de Trastevere, tomando la lana de los corderos que fueron bendecidos y criados en la abadía de las Tres Fontanas, lugar en que la tradición sitúa la decapitación de San Pablo.