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30.6.14

LA EUCOLOGÍA


La eucología ─del griego euché =oración, y lógos =discurso) es la ciencia que estudia las oraciones y las leyes que rigen su formulación. También se entiende por eucología como el conjunto de oraciones contenidas en un formulario litúrgico, en un libro o, en general, al conjunto de oraciones que a lo largo de los siglos hemos recibido, el llamado depósito eucológico. Un porcentaje altísimo de las oraciones proviene de los llamados sacramentarios, libros litúrgicos que contiene las oraciones de la misa y para la celebración de los sacramentos. Se conocen fundamentalmente tres: el Veronense o Leoniano, Gelasiano y Gregoriano.
La eucología tiene un origen diverso, sus textos son creación de la Iglesia, adaptados a su tiempo. Al igual que los textos litúrgicos, las oraciones se pueden clasificar en dos grandes grupos: textos que la iglesia toma directamente de la biblia o de fórmulas que ella crea expresamente para el culto. La eucología subraya, acentúa el significado de los textos bíblicos.
La eucología se suele dividir en menor y mayor. Dentro de la celebración eucarística, a la eucología menor pertenece el conjunto de las  oraciones más breves: la colecta, la oración sobre las ofrendas, la conclusión de la Oración de los Fieles, la oración después de la comunión, la oración de bendición sobre el pueblo, y las colectas de salmos de la Liturgia de las Horas. A la eucología mayor pertenecen oraciones más complejas como los prefacios, las plegarias eucarísticas y  las bendiciones solemnes, así como las oraciones consecratorias de los sacramentos.
En cuanto a su estructura, en las oraciones hay que distinguir el contenido ─la Iglesia es la que reza, que se dirige a Dios─ y la forma.
En lo referente al contenido, toda oración siempre tiene una parte de anamnesis ─memoria explícita de la obra divina─. La anamnesis, término que también se emplea en otras ciencias como la Medicina, es la acción memorial o de recordación sin la cual la oración no sería cristiana. La anamnesis no sólo es un recuerdo subjetivo, sino que actualiza el hecho que se recuerda, como sucede en la Plegaria Eucarística de la misa.
Los elementos estructurales de la oración son la forma compositiva, para darle mayor fuerza expresiva. La doxología ─alabanza─, la epíclesis ─invocación que se hace a Dios para que envíe su Espíritu y transforme las cosas o las personas─ y la suplica, junto a la invocación y petición son los elementos usuales de las oraciones. La epíclesis no sólo forma parte de la Plegaria Eucarística, sino de todas las oraciones consecratorias de los distintos sacramentos.
La postura más clásica del orante es en pie (por eso en todas las oraciones de la misa se permanece en pie, salvo en la consagración), con los brazos abiertos, las palmas hacia arriba y mirada al cielo.
Acabar diciendo que nos hemos referido, en estas generalidades, a la oración litúrgica, o sea, a la oración oficial que la Iglesia dirige a Dios, en cualquiera de sus tres personas, y también hay oraciones a la Virgen y a los santos. Lo anterior no excluye la oración personal, íntima, de hablar con Dios cada persona en su privacidad, bien con oraciones ya compuestas o con espontaneidad.