La eucología ─del griego euché =oración, y lógos =discurso) es la ciencia que estudia las
oraciones y las leyes que rigen su formulación. También se entiende por
eucología como el conjunto de oraciones contenidas en un formulario litúrgico,
en un libro o, en general, al conjunto de oraciones que a lo largo de los
siglos hemos recibido, el llamado depósito eucológico. Un porcentaje altísimo de las oraciones proviene de los llamados sacramentarios,
libros litúrgicos que contiene las oraciones de la misa y para la celebración
de los sacramentos. Se conocen fundamentalmente tres: el Veronense o Leoniano, Gelasiano y Gregoriano.
La eucología tiene un origen diverso, sus textos son creación de la
Iglesia, adaptados a su tiempo. Al igual que los textos litúrgicos, las
oraciones se pueden clasificar en dos grandes grupos: textos que la iglesia toma directamente de la
biblia o de fórmulas que ella crea expresamente para el culto. La eucología
subraya, acentúa el significado de los textos bíblicos.
La eucología se suele dividir en menor y mayor. Dentro de la celebración
eucarística, a la
eucología menor pertenece el conjunto de las
oraciones más breves: la colecta, la oración sobre las ofrendas, la
conclusión de la Oración de los Fieles, la oración después de la comunión, la
oración de bendición sobre el pueblo, y las colectas de salmos de la Liturgia
de las Horas. A la eucología mayor pertenecen oraciones más complejas como los
prefacios, las plegarias eucarísticas y
las bendiciones solemnes, así como las oraciones consecratorias de los
sacramentos.
En cuanto a su estructura, en las oraciones hay que
distinguir el contenido ─la Iglesia es la que reza, que se dirige a Dios─ y la
forma.
En lo referente al contenido, toda oración siempre tiene
una parte de anamnesis ─memoria explícita de la obra divina─. La anamnesis,
término que también se emplea en otras ciencias como la Medicina, es la acción memorial o de recordación
sin la cual la oración no sería cristiana. La anamnesis no sólo es un recuerdo
subjetivo, sino que actualiza el hecho que se recuerda, como sucede en la
Plegaria Eucarística de la misa.
Los elementos estructurales de la
oración son la forma compositiva, para darle mayor fuerza expresiva. La
doxología ─alabanza─, la epíclesis ─invocación que se hace a Dios para que
envíe su Espíritu y transforme las cosas o las personas─ y la suplica, junto a
la invocación y petición son los elementos usuales de las oraciones. La
epíclesis no sólo forma parte de la Plegaria Eucarística, sino de todas las
oraciones consecratorias de los distintos sacramentos.
La postura más clásica del orante es en pie
(por eso en todas las oraciones de la misa se permanece en pie, salvo en la
consagración), con los brazos abiertos, las palmas hacia arriba y mirada al
cielo.
Acabar diciendo que nos hemos referido,
en estas generalidades, a la oración litúrgica, o sea, a la oración oficial que
la Iglesia dirige a Dios, en cualquiera de sus tres personas, y también hay
oraciones a la Virgen y a los santos. Lo anterior no excluye la oración
personal, íntima, de hablar con Dios cada persona en su privacidad, bien con
oraciones ya compuestas o con espontaneidad.
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