FUNCIONES DE LOS ACÓLITOS EN LOS CULTOS EXTERNOS DE LAS HERMANDADES
En el caso de los cultos externos, la función de los acólitos está mucho más clara al menos en lo que se refiere a los servidores de pasos ya que desde hace años los podemos ver delante de los mismos, dándoles seriedad y mayor solemnidad si cabe. De todos modos, hay otra figura como es la del Preste que prácticamente ha desaparecido de las procesiones y que conviene detallar.
La configuración de los acólitos delante de los pasos suele responder al siguiente esquema:
La configuración de los acólitos delante de los pasos suele responder al siguiente esquema:
CEROFERARIO CEROFERARIO
PERTIGUERO
CEROFERARIO CEROFERARIO
PERTIGUERO
CEROFERARIO CEROFERARIO
TURIFERARIO NAVETA AUXILIAR TURIFERARIO
De todos modos, aquí sí que la configuración se da a más variaciones, en especial en el número de acólitos ceroferarios (CIRIALES), aunque si observamos que ésta es la disposición que más se asemeja a lo prescrito para las celebraciones litúrgicas. El uso en algunos lugares de mayor número de acólitos no tiene por tanto ningún sentido litúrgico y lo único que hace es dificultar la visión del paso. De todos modos y, a pesar de que no tiene ningún fundamento litúrgico, es usual colocar en los pasos de misterio de algunas hermandades sacramentales seis acólitos ceroferarios en señal de mayor respeto. Esta costumbre no tiene ningún sentido en pasos de palio u otros pasos (San Juan, Verónica, etc.) en los que siempre deben ser cuatro los ciriales ya que se pierde el sentido eucarístico. Además, en los pasos que no porten imágenes de Cristo y de María, como ya se ha comentado anteriormente, no tiene sentido litúrgico el uso de acólitos turiferarios ya que el uso del incienso está reservado para la Eucaristía y las imágenes de Cristo y de María.
Hay que anotar además que lo lógico sería que los dos acólitos ceroferarios traseros escoltaran al pertiguero en vez de ir detrás del mismo. Con respecto a la cruz parroquial, sólo debería haber una cruz parroquial en la procesión y ésta debe ir empezando el cortejo de la Virgen. En caso de no colocarse en ese lugar, el lugar más adecuado es en el cuerpo de acólitos de la Virgen, señalando el final de la procesión, debido a su gran importancia litúrgica. Por tanto, no tiene mucho sentido sacar la cruz parroquial en el paso de misterio.
Entendiendo el paso como altar en la calle, la función de los acólitos queda encajada perfectamente, siendo el pertiguero el responsable de que los ciriales estén siempre alzados mientras el paso esté levantado y dando las órdenes pertinentes para que el cuerpo de servidores quede siempre lo más cercano al paso. El color de las velas de los ciriales siempre debe ser el mismo que porte el paso que lleva detrás (y no el color de los cirios de las secciones que van delante), otra cosa es la proliferación de colores que se está dando en nuestros cortejos, la cual no siempre responde a los cánones litúrgicos. Digamos finalmente a modo de alegoría que si el paso es el altar, los acólitos son el presbiterio.
Vamos ahora a describir la figura del Preste y su acompañamiento por ser la más desconocida en la actualidad. Pero para ello analizaremos antes la figura del sacerdote en relación con la salida procesional. Todos sabemos que las cofradías son asociaciones públicas de la iglesia. Esas asociaciones realizan (entre otras cosas) cultos, los cuales pueden ser internos y externos. Por tanto, si la presidencia de los cultos internos corresponde a un sacerdote, lo mismo podremos decir de la de los cultos externos. La presencia del sacerdote en la estación penitencial es por tanto necesaria y diríamos que casi obligatoria por lo prescrito en el artículo 530.6 del actual código de derecho canónico, mostrando al pueblo el carácter eclesial de nuestras hermandades. El sacerdote, normalmente el director espiritual (aunque también puede ser el sacerdote que predicó en los cultos anuales), puede y debe por tanto presidir la estación penitencial de la hermandad en su totalidad. No se nos escapa que por razones de edad y otras obligaciones es complicado hacer completa la estación de penitencia, pero si podrían hacer un esfuerzo en lugares significativos (entradas o salidas, recorrido oficial, etc).
Una vez aclarado este punto, diremos que el sacerdote puede ir situado en el cortejo en dos lugares: en la presidencia junto al Hermano Mayor (que es donde habitualmente estamos acostumbrados a verlos) o al final del cortejo como Preste, palabra que etimológicamente tiene significado similar a la voz presbítero, mucho más común en nuestros días. Si lo hace en la presidencia de la cofradía, deberá ir vestido con sotana y manteo o con el hábito de la orden religiosa a la que pertenezca. En caso de ir como Preste, su vestimenta deberá ser la capa pluvial normalmente en color morado para las procesiones penitenciales y blanco para las de gloria aunque se admiten excepciones. El Preste suele ir acompañado de uno ó dos acólitos denominados acompañantes y que, en caso de portar un cirio encendido se denomina carráncano o sochantre. En este caso el acólito llevará sotana y roquete.
CONCLUSIONES:
El papel de los acólitos como hemos podido ver a lo largo de esta serie de tres artículos es muy importante e implica un compromiso que no debe durar solo unas semanas sino que debemos impulsar como una forma de vivir la fe dentro de la cofradía que al final culmina con esa ofrenda amorosa a Cristo y María en la salida procesional. Desde las cofradías debemos impulsar la formación de estos grupos, ofreciéndoles nuestro apoyo y brindándoles oportunidades para que puedan aprender los distintos aspectos formativos y litúrgicos necesarios para desempeñar su labor con brillantez. Aquí habría que desarrollar un trabajo formativo con los acólitos para que comprendieran su función dentro de las celebraciones de la cofradía.
Hay que anotar además que lo lógico sería que los dos acólitos ceroferarios traseros escoltaran al pertiguero en vez de ir detrás del mismo. Con respecto a la cruz parroquial, sólo debería haber una cruz parroquial en la procesión y ésta debe ir empezando el cortejo de la Virgen. En caso de no colocarse en ese lugar, el lugar más adecuado es en el cuerpo de acólitos de la Virgen, señalando el final de la procesión, debido a su gran importancia litúrgica. Por tanto, no tiene mucho sentido sacar la cruz parroquial en el paso de misterio.
Entendiendo el paso como altar en la calle, la función de los acólitos queda encajada perfectamente, siendo el pertiguero el responsable de que los ciriales estén siempre alzados mientras el paso esté levantado y dando las órdenes pertinentes para que el cuerpo de servidores quede siempre lo más cercano al paso. El color de las velas de los ciriales siempre debe ser el mismo que porte el paso que lleva detrás (y no el color de los cirios de las secciones que van delante), otra cosa es la proliferación de colores que se está dando en nuestros cortejos, la cual no siempre responde a los cánones litúrgicos. Digamos finalmente a modo de alegoría que si el paso es el altar, los acólitos son el presbiterio.
Vamos ahora a describir la figura del Preste y su acompañamiento por ser la más desconocida en la actualidad. Pero para ello analizaremos antes la figura del sacerdote en relación con la salida procesional. Todos sabemos que las cofradías son asociaciones públicas de la iglesia. Esas asociaciones realizan (entre otras cosas) cultos, los cuales pueden ser internos y externos. Por tanto, si la presidencia de los cultos internos corresponde a un sacerdote, lo mismo podremos decir de la de los cultos externos. La presencia del sacerdote en la estación penitencial es por tanto necesaria y diríamos que casi obligatoria por lo prescrito en el artículo 530.6 del actual código de derecho canónico, mostrando al pueblo el carácter eclesial de nuestras hermandades. El sacerdote, normalmente el director espiritual (aunque también puede ser el sacerdote que predicó en los cultos anuales), puede y debe por tanto presidir la estación penitencial de la hermandad en su totalidad. No se nos escapa que por razones de edad y otras obligaciones es complicado hacer completa la estación de penitencia, pero si podrían hacer un esfuerzo en lugares significativos (entradas o salidas, recorrido oficial, etc).
Una vez aclarado este punto, diremos que el sacerdote puede ir situado en el cortejo en dos lugares: en la presidencia junto al Hermano Mayor (que es donde habitualmente estamos acostumbrados a verlos) o al final del cortejo como Preste, palabra que etimológicamente tiene significado similar a la voz presbítero, mucho más común en nuestros días. Si lo hace en la presidencia de la cofradía, deberá ir vestido con sotana y manteo o con el hábito de la orden religiosa a la que pertenezca. En caso de ir como Preste, su vestimenta deberá ser la capa pluvial normalmente en color morado para las procesiones penitenciales y blanco para las de gloria aunque se admiten excepciones. El Preste suele ir acompañado de uno ó dos acólitos denominados acompañantes y que, en caso de portar un cirio encendido se denomina carráncano o sochantre. En este caso el acólito llevará sotana y roquete.
CONCLUSIONES:
El papel de los acólitos como hemos podido ver a lo largo de esta serie de tres artículos es muy importante e implica un compromiso que no debe durar solo unas semanas sino que debemos impulsar como una forma de vivir la fe dentro de la cofradía que al final culmina con esa ofrenda amorosa a Cristo y María en la salida procesional. Desde las cofradías debemos impulsar la formación de estos grupos, ofreciéndoles nuestro apoyo y brindándoles oportunidades para que puedan aprender los distintos aspectos formativos y litúrgicos necesarios para desempeñar su labor con brillantez. Aquí habría que desarrollar un trabajo formativo con los acólitos para que comprendieran su función dentro de las celebraciones de la cofradía.
Jesús Luengo Mena, Lector instituido y Vicette de la Hdad de Jesús Despojado
3 comentarios:
Amigo Jesús: Llevo leyendo tus artículos desde que empezaste. Te felicito por la claridad, el rigor y la minuciosidad con los que tratas todos ellos. Enhorabuena. Y te pido un favor: SIGUE ESCRIBIENDO
Espero conocerte algún día.
Un abrazo.
Luisfelipe
Muchas gracias por los elogiosos comentarios, Luis Felipe. Me animan a seguir escribiendo, ya que nunca se sabe si hay alguien que los lee.
Jesús Luengo Mena
Jesús podrias explicar que representan exactamente los ciriales. Y por que algunos pertigueros se les mete en la cabeza que los acolitos turiferarios vayan delante de los ciriales? Gracias
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