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4.5.18

El orden de la procesión


Vamos en este artículo a ver el orden de la procesión de entrada para una celebración solemne de la Eucaristía, con presencia del obispo.
Como es lógico, las procesiones varían según el número de ministros participantes. Sin embargo, existen algunos principios generales que deben observarse: primero caminan los acólitos, luego los diáconos, después los presbíteros y cierra la procesión el arzobispo con sus ayudantes más directos.
Abre la procesión el acólito que lleva el incensario y la naveta. Un acólito puede llevar el incensario y otro la naveta; ambos caminan juntos. El portador de la naveta se coloca a la izquierda del turiferario. De esa misma forma se colocan para ofrecer la naveta al presidente de la celebración durante la misa cuando este tenga que poner incienso en el incensario.  
En segundo lugar marchan los acólitos que llevan la cruz y los dos ciriales. En las celebraciones presididas por el obispo en su diócesis, puede haber siete ciriales: otros cuatro caminan detrás de dos en dos, y uno más camina detrás de la cruz. Esta posibilidad está en desuso y nunca la he presenciado. La cruz con el Crucificado debe mirar hacia el obispo.
En tercer lugar caminan, de dos en dos, los acólitos que sirven al altar. Les siguen los diáconos, también de dos en dos. Uno de los diáconos debe llevar el Evangeliario un poco elevado (no se debe llevar el Leccionario), que colocará, cerrado, sobre el altar.
Tras los diáconos van todos los concelebrantes, siempre de dos en dos. Si hubiera obispos concelebrantes, caminan después de los presbíteros, de dos en dos. No llevan báculo, pero sí mitra. El báculo sólo lo porta el obispo titular de la diócesis ya que, como norma, los obispos solo pueden usar el báculo en el territorio de su diócesis aunque pueden usarlo en cualquier lugar en donde se celebra solemnemente con el consentimiento del ordinario del lugar (CE 59). En algunas celebraciones todos los obispos pueden usar el báculo, como en las ordenaciones.
Cierra la procesión el celebrante principal en medio del pasillo. Si celebra un obispo, detrás de él pueden caminar los dos diáconos que lo asisten y los ministros de mitra (detrás a su derecha) y báculo (detrás, a su izquierda, ya que el obispo porta el báculo con su mano izquierda). Estos ministros serían acólitos. También puede haber un servidor de los libros, que los porta, y que se situaría en el centro de los otros dos acólitos.
Sobre el lugar que ocupa el maestro de ceremonias no está determinado por los libros litúrgicos. Puede ir al principio de la procesión o bien detrás de los acólitos. Y, más frecuente, detrás del celebrante principal, a su izquierda. Este último es el uso de la liturgia papal. Si hay ceremonieros, caminan al lado del grupo al que te toca coordinar. Por ejemplo, en la liturgia papal el ceremoniero encargado de los acólitos camina a su lado; lo mismo el ceremoniero encargado de los diáconos, y los encargados de los celebrantes.

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