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10.5.16

ALGUNAS PRECISIONES TERMINOLÓGICAS Y CONCEPTUALES SOBRE SIGNIFICADOS DE TÉRMINOS ECLESIALES

En este artículo voy a relacionar algunos conceptos y términos que, en general se emplean o bien incorrecta o bien imprecisamente.
Y comenzamos por la palabra religión. A veces se oye decir o se lee algo sobre la religión católica. Incorrecto. El catolicismo no es una religión, es una fe, un credo concreto dentro del cristianismo, que es una religión más amplia que el catolicismo. Cristianos son los protestantes, los anglicanos, los ortodoxos, los evangélicos, los presbiterianos, los anabaptistas, los metodistas y un largo etcétera. Todos los católicos somos cristianos, pero no todos los cristianos son católicos.
Las tres grandes religiones monoteistas del mundo son el cristianismo, el islamismo y el judaísmo. Y dentro de cada religión hay variantes o credos concretos, como los sunnitas, los chiitas (a su vez con cuatro escuelas diferentes), los malikies y varias más dentro del Islam o los judíos ortodoxos y los liberales.
Resumiendo, yo soy de religión cristiana y de credo católico.
Otro concepto que a veces se usa como sinónimo es el de templo e iglesia. Templo es cualquier edificio dedicado al culto religioso en general. Así, hay templos hindúes, budistas, mezquitas, sinagogas, templos griegos o romanos en la antigüedad, egipcios, etc. Los cristianos llamamos iglesias a nuestros templos, por lo cual lo más adecuado para referirnos a nuestros lugares de culto es denominarlos como iglesias (de ecclesia=asamblea). También, Iglesia se refiere al conjunto de creyentes de la misma fe.
Así pues, hablar del templo del Salvador no es incorrecto, pero es más preciso decir iglesia del Salvador. Todas las iglesias son templos, pero no todos los templos son iglesias.      
Y qué decir de la palabra parroquia. Todas las iglesias no son parroquias, sólo lo son aquellas canónicamente erigidas expresamente como tales por el obispo diocesano con un párroco al frente. Además de parroquias existen basílicas, capillas, oratorios, catedrales, santuarios, ermitas, colegiatas, iglesias conventuales. Se oye decir que «la cofradías de Jesús Despojado está entrando en su parroquia» o que «el Baratillo sale de su parroquia». Ambos ejemplos son incorrectos ya que esas hermandades, como otras muchas, disponen de capilla propia independiente y no residen en parroquias, aunque, lógicamente, pertenecen a alguna. De nuevo, todas las parroquias son iglesias pero no todas las iglesias son parroquias.
Puesto que hemos nombrado al párroco también es oportuno recordar que todos los sacerdotes no son párrocos. Sólo lo son aquellos presbíteros a los que el obispo les encomienda la cura de almas de una determinada parroquia. Y su ayudante recibe actualmente el nombre de vicario parroquial, antes conocido como coadjutor. A todos los presbíteros se les puede llamar como Reverendo Padre (Rvdo. P.). Sacerdote y presbítero son sinónimos. La palabra «cura» que de ordinario usamos como sinónimo de sacerdote tampoco es un sinónimo exacto, ya que el cura es un sacerdote que ha recibido el encargo de hacerse cargo pastoralmente de una comunidad. Su ejemplo más característico es el de cura-párroco. 
Tampoco es correcto calificar como capellán el sacerdote que acude, aunque sea regularmente, a una capilla a celebrar la Eucaristía. El capellán es un sacerdote a quien se encomienda establemente, al menos en parte, la atención pastoral de alguna comunidad o grupo de fieles, para que la ejerza de acuerdo al derecho universal y particular y es nombrado por el obispo. Sólo son capellanes los expresamente nombrados. Lo mismo sucede con el llamado «director espiritual».
También es incorrecto calificar de cofradía a cualquier cortejo procesional. Sólo son cofradías las hermandades penitenciales cuando hacen estación de penitencia. Así, no es correcto hablar de la cofradía de la Virgen del Carmen o del Corpus, sino de la procesión.
Aunque se podría seguir poniendo ejemplos voy a terminar con unas líneas sobre el abuso en el uso de las mayúsculas, la llamada mayúscula de relevancia, desaconsejada por la RAE.
Veo constantemente, en libros, boletines, carteles y artículos las palabras paso, cortejo, procesión, misterio, palio, cofradía, diputado, capataz, capilla, catedral, parroquia, eucaristía, misa y similares con mayúscula inicial. Mal. Los nombres comunes, y ésos lo son, se ponen con minúscula. Lo mismo vale para los cargos de las juntas de gobierno: mayordomo, secretario, fiscal, teniente y demás. El escritor aplica indebidamente la mayúscula a aquellos términos cuyos referentes considera sagrados o dignos de especial veneración o importancia, por razones religiosas o ideológicas. En cambio, si se escriben con mayúscula inicial, Pascua, Cuaresma, Adviento, Semana Santa, Pentecostés, Epifanía y similares, así como los nombres referidos a Dios y a la Virgen.
Termino este apartado ortográfico recordando un error muy frecuente como es el de poner un punto a los miles cuando se trata de cronología. Estamos en 2016, no en 2.016. Los años no llevan punto. Igualmente, un error muy frecuente es poner con mayúscula los días de la semana. Se ponen con minúsculas los días de la semana, las estaciones del año y los nombres de los meses del año. Eso sí, Martes Santo o Jueves Santo, por ejemplo, si la llevan, como nombre propio de una día concreto al año.  



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