En esta época veraniega vamos a dedicar algún artículo a
temas amables y curiosos. Así, vamos a explicar el origen de algunas
expresiones populares que seguramente hemos oído o usamos y, sin embargo,
podemos desconocer su origen religioso.
Y comenzamos por
una expresión que puede parecer irreverente. Se trata de «Se armó la de Dios es Cristo». Es una frase que se usa para describir
una reunión tumultuaria, con bronca, y donde se puede llegar a las manos. La
frase proviene de las controversias y violentos enfrentamientos surgidos en el
transcurso del I Concilio de Nicea, al discutirse la doble naturaleza, humana y
divina, de Jesucristo. El Concilio, iniciado en el año 325 bajo el pontificado
de Silvestre I, fue presidido por el obispo de Córdoba, con la presencia del
emperador Constantino. Entre otros temas, se debatió la cuestión de la divinidad de Cristo. Arrio
y sus partidarios negaban ese carácter divino mientras que para los católicos el
Verbo, Hijo de Dios, es verdaderamente Dios, lo mismo que el Padre. Los debates
fueron muy calurosos y de ahí la expresión. No deja de ser curioso que tantos
siglos después, se siga usando.
Otra expresión, «Remover
Roma con Santiago», hace referencia a realizar esfuerzos de todo tipo y
buscar toda clase de influencias para conseguir un objetivo. Se trata de tocar
todos los resortes para salir airosos. Tanto Roma como Santiago son dos de las
tres ciudades más importantes para los católicos (la otra es Jerusalén).
«Apaga y vámonos». Suele usarse este dicho para dar a entender
que, en cierto lugar, nada queda por hacer y todo está terminado. Para explicar
el origen de este dicho, hay que contar
un reto, real o ficticio, sostenido hace siglos por dos sacerdotes del pueblo
de Pitres, en Granada. Al parecer, ambos curas eran aspirantes a una capellanía
castrense y decidieron un día apostar que optaría a la plaza el que dijese la
misa más rápidamente. Llegado el momento, el primero de ellos subió al altar y
dijo: «Ite, misa est», o sea, «La misa ha terminado», frase que cierra la
celebración de la misa en latín. El otro cura, como vio la maniobra, dudó un instante, miró a
su monaguillo y le dijo: «Apaga y vámonos», con lo que a nadie le quedó duda de
que su «misa» había sido la más breve.
«A la buena de Dios». Es una frase que se usa para
definir algo hecho sin cuidado, de cualquier manera, sin orden ni organización,
confiando en la buena voluntad de Dios, sobre quien se hace caer toda la responsabilidad.
«Adelante con los faroles». La expresión completa
habría sido ¡Adelante con los faroles, que atrás vienen los cargadores!,
relacionada con las antiguas procesiones religiosas, en las que era usada a
manera de estímulo para que los encargados de transportar faroles, antorchas y
cirios -que precedían a los que llevaban las imágenes (cargadores, costaleros)-
no cejaran en su esfuerzo. Los faroles abren la procesión y la ponen en marcha.
Actualmente se usa como una frase para dar ánimo e invitar a comenzar o
proseguir una tarea.
«Colgarle el
sambenito». Significa culpar injustamente a alguien,
aplicarle un prejuicio para atribuirle siempre acciones poco decorosas.
Originalmente, el sambenito era un escapulario de la orden benedictina que
después se utilizó para colocárselo a los reos condenados por la Inquisición y su decoración dependía de las condenas.
«Acabó como el rosario de la aurora» es una expresión que hace referencia a una reunión que acaba a tortazo
limpio. Su origen está en las procesiones del rosario de la aurora, que
proliferaron en siglos pasados. La versión más aceptada se refiere a la pugna
entre dos hermandades rivales que se encontraron de noche y acabaron a
farolazos. También a las molestias que ocasionaban los rosaristas a los
vecinos, que eran increpados por perturbar el descanso nocturno.
«No tener oficio ni
beneficio». Significa estar ocioso, sin carrera,
ocupación ni recursos económicos. También se aplica a la persona que pretende
vivir a costa de los demás. Antes, las rentas eclesiásticas se llamaban beneficios
(recuérdese la palabra beneficiado), por ser gracias conferidas por la Iglesia,
mientras que el oficio era la profesión del seglar. Si alguien no trabajaba ni
era religioso, vivía «sin oficio ni beneficio».
«Para más INRI» equivale
a decir «para mayor escarnio». Hace
referencia a un hecho que empeora aún más una situación que ya era por sí misma
negativa. INRI son las siglas de la frase latina IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM,
rótulo que remataba la Santa Cruz en la que fue crucificado Jesucristo, que se
podría traducir como «Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos».
«Doctores tiene la
iglesia». Se
trata de una expresión que se usa cuando no tenemos una opinión formada y nos basamos en
otros expertos desconocidos para cuestiones difíciles de explicar. La frase
original sería: «Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que os sabrán
responder», frase que figuraba en el Catecismo
de la Doctrina Cristiana, obra del padre Gaspar Astete, de la compañía de
Jesús, que se publicó en el siglo XVI y superó las 600 ediciones, traduciéndose
a todas las lenguas europeas. La persona
que la emplea confía en la autoridad externa, reconociendo su ignorancia en el
tema tratado.
«Más contento que
unas pascuas». La expresión significa estar muy alegre,
y hace referencia a las diversas Pascuas que celebra la Iglesia, fiestas
siempre alegres.
Decir «Jesús» al estornudar parece ser que es
una costumbre cristiana que procede del mundo pagano, en el que el estornudo se
consideraba como el comienzo de una enfermedad. Los romanos, cuando alguien
estornudaba en su presencia, decían «que Jupiter te conserve» o bien «Salve»,
como forma de espantar el presunto mal. Los cristianos sustituyeron esas
expresiones paganas por el Jesús.
«Está hecho un Ecce Homo» hace referencia a una persona con múltiples heridas y con aspecto
deplorable. Se trata de una comparación con Jesucristo, al que Pilatos presentó
al pueblo tras ser azotado y coronado de espinas, con un aspecto penoso, a ver
si el pueblo se compadecía de Él y se conformaban con ese castigo. La frase
latina la pronunció Pilatos, «Ecce Homo», o sea, «He aquí al hombre». Tiene su
traslado en la iconografía cristiana, tanto en imágenes como en pinturas.
«A cada cerdo le llega su sanmartín». El origen de
este proverbio tiene relación con la fecha del 11 de noviembre, día en que se
celebra la festividad de San Martín de Tours, taumaturgo y milagrero francés. Se
refiere a que los culpables de algo, tarde o temprano, serán castigados ya que
por San Martín se suele hacer la matanza del cerdo. No queda impune el comportamiento del malvado pues, antes
o después, quien ha obrado mal recibe su merecido.
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