En un artículo anterior, explicando cómo se cuenta el tiempo en la Liturgia,
decíamos que los días que no son domingos de cualquier tiempo se
llaman ferias. Como norma, las ferias ceden su celebración a todas las
solemnidades y fiestas, combinándose con las memorias.
Pero dentro de
los días feriales hay una jerarquía, en la cual el Miércoles de Ceniza y las
ferias de Semana Santa –de lunes a jueves hasta el comienzo del Triduo Pascual–
tienen preferencia sobre cualquier otra celebración.
En Adviento,
las ferias de la última semana, desde el 17 hasta el 24 de diciembre, tienen
preferencia sobre las memorias obligatorias y se las llama “ferias
privilegiadas”. Estas ferias tienen la finalidad
de prepararnos más intensa y directamente a la Navidad. La Liturgia de estos
días, en sus textos, nos va disponiendo para acoger al Hijo de Dios hecho
hombre.
Dentro
de la Liturgia de las Horas, las Vísperas de estas ferias tienen una especial
importancia, merced a las antífonas mayores, llamadas también de la «O»,
que junto al Magníficat de cada día pasan revista a los
diversos títulos de Cristo, referentes a su naturaleza divina y humana o a su
misión salvífica, y que terminan todas instándole a que venga a poner remedio a
nuestra indigencia.
En estas "ferias privilegiadas", que
constituyen como una "Semana Santa de Navidad" meditamos sobre la
Expectación de la primera Venida del Señor (Encarnación y Navidad).
Durante esa semana, última del Adviento, así como en
la de la infraoctava de Navidad y en las ferias de Cuaresma, sólo se puede
hacer conmemoración de los santos.
Esto quiere decir que en la Misa sólo se puede tomar la oración colecta del
Santo, omitiendo la del día, puesto que ya no se permite pronunciar más de una
colecta. El resto de las oraciones serán las del día propio que figura en el
Misal. Todo esto vale sólo para las memorias del Calendario General.
Así pues, el 17 de diciembre comienza una semana peculiar con las ferias privilegiadas de Adviento.
En la Liturgia, llegado ese día, se abandona la 3ª semana de Adviento y se sigue
el formulario asignado al día del mes con el cual coincida esa feria,
formularios que están en el Misal (págs. 150-157). Dicho más fácilmente, las
ferias privilegiadas de Adviento tienen misa propia para cada día. Uno de los
días de esa semana será domingo: entonces se sigue la misa del domingo 4º de
Adviento. También son ferias privilegiadas todas las de Cuaresma y las
ferias de la octava de Navidad, que tienen su propio formulario, al igual que
todas las del tiempo de Navidad.
Los ocho primeros días del tiempo pascual constituyen
la octava de Pascua, y se celebran como solemnidades del Señor.
Resumiendo:
·
a)
El Miércoles de Ceniza y los días de la Semana Santa a partir del Lunes Santo
hasta el Jueves Santo, inclusive, tienen preferencia sobre cualquier otra
celebración.
·
b)
Las ferias del Adviento, del 17 al 24 de diciembre, inclusive, y todas las
ferias de Cuaresma tienen preferencia sobre cualquier memoria obligatoria. Las
memorias obligatorias que coinciden con las ferias de Cuaresma, pueden
celebrarse solamente como memoria facultativa
·
c)
Las demás ferias ceden el lugar a todas las solemnidades y fiestas y se
combinan con las memorias.
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