En este artículo vamos a exponer la vestidura
habitual o de calle que los ministros ordenados deben llevar, completando el
que ya hemos dedicado a la vestimenta de los obispos, basándonos en el Directorio para el ministerio y la vida de
los presbíteros, en su número 66, aprobado por Juan Pablo II el 31 de enero de 1994 y en el Apéndice I del Ceremonial
de los obispos.
Este Directorio dice que, en una
sociedad secularizada y tendencialmente materialista, donde tienden a
desaparecer incluso los signos externos de las realidades sagradas y
sobrenaturales, se siente particularmente la necesidad de que el presbítero —
hombre de Dios, dispensador de sus misterios — sea reconocible a los ojos de la
comunidad, también por el vestido que lleva, como signo inequívoco de su
dedicación y de la identidad del que desempeña un ministerio público. El
presbítero debe ser reconocible sobre todo, por su comportamiento, pero también
por un modo de vestir, que ponga de manifiesto de modo inmediatamente
perceptible por todo fiel—más aún, por todo hombre— su identidad y su
pertenencia a Dios y a la Iglesia.
Por esta razón, el clérigo debe
llevar un traje eclesiástico decoroso, según las normas establecidas por la
Conferencia Episcopal y según las legítimas costumbres locales. El traje, cuando es distinto del talar, debe
ser diverso de la manera de vestir de los laicos y conforme a la dignidad y
sacralidad de su ministerio. La forma y el color deben ser establecidos por la
Conferencia Episcopal, siempre en armonía con las disposiciones de derecho
universal.
La vestidura básica de los clérigos, en su ropaje
ordinario, debe ser, bien la sotana, bien el clerigman con alzacuellos. La
sotana o hábito talar –así llamada por llegar hasta los talones– siempre será
negra, salvo la del Papa, que la usa blanca. También se llama a la sotana traje o hábito piano en recuerdo
del papa Pío IX que
fue quien estableció su uso. La sotana de los sacerdotes lleva los botones
negros, la de los obispos está ribeteada en morado, con botones del mismo color y la de los cardenales
tiene ribetes y botones en rojo. Los fajines son negros, morados o rojos para
los sacerdotes, obispos o cardenales, respectivamente. También pueden llevar
fajín morado los protonotarios apostólicos, los prelados de honor y otras
dignidades. A veces, los seminaristas lo llevan azul.
Después del
Vaticano II la sotana acabó, en la
mayoría de los casos, en el armario, por lo que el sacerdote se distingue cada
vez menos. También es cierto que, desde hace algunos años, sobre todo entre los
sacerdotes jóvenes, se registra una corriente a favor de recuperar su uso.
El
clerigman es un traje, gris o negro, con alzacuellos blanco. Al comienzo de su
uso hubo ciertas reticencias debido a que es una vestimenta que introdujeron
los pastores protestantes. Si la vestidura clerical es obligatoria para todos,
los clérigos que prestan servicio en la Curia, diocesana o romana están especialmente
obligados a usarla.
El
cardenal Tarcisio Bertone, actual Secretario de Estado Vaticano ya que ha sido
ratificado por el papa Francisco, remitió una carta circular el 15 de octubre
de 2012 a todos los responsable de los dicasterios, oficinas y tribunales de la
Santa Sede, donde indicaba que los
cardenales, obispos y sacerdotes que prestan servicio
en la Curia
Romana deben
acudir al trabajo con la vestimenta adecuada, sotana o traje negro o gris con
alzacuellos blanco (clergyman), y, cuando se
presenten ante el Papa, todos han de llevar la sotana correspondiente al cargo.
El cardenal resalta la importancia que tiene que el personal que presta
servicio en el Vaticano vista adecuadamente. Literalmente dice que "en una
época (la actual) en la que cada uno está llamado a renovar la conciencia y la
coherencia de su propia identidad todo eclesiástico y religioso que trabaja en
la Curia Romana debe vestir
regularmente y con dignidad el hábito que le corresponde". Bertone agrega
que han de ir con sotana o con clergyman en cualquier época
del año y que, al igual que el personal
que presta servicio en la Curia, también es conveniente que los miembros de los episcopados de todo el
mundo y otros religiosos que visiten la Curia Romana y la Ciudad del Vaticano
vistan de esa manera.
Asimismo
recordó, para evitar equivocaciones, que el uso de la sotana es obligatorio
para asistir a cualquier acto que presida el Papa, como para acudir a las
asambleas plenarias de los dicasterios vaticanos y a las visitas "ad
limina apostolorum", la que están obligados a realizar al Papa todos los
obispos del mundo cada cinco años.
Terminamos con la afirmación del
Directorio citado, cuando dice que por su incoherencia con el espíritu de tal
disciplina, las praxis contrarias no se pueden considerar legitimas costumbres
y deben ser removidas por la autoridad competente, y añade que, exceptuando las
situaciones del todo excepcionales, el no usar el traje eclesiástico por parte
del clérigo puede manifestar un escaso sentido de la propia identidad de
pastor, enteramente dedicado al servicio de la Iglesia.
Solo añadir que la sotana
también es prenda de vestir por los clérigos de la Iglesia ortodoxa, los
anglicanos y otros credos cristianos y que, en siglos pasados, no era prenda
exclusivamente clerical, ya que la usaban también los doctores, gentes de
letras, profesores de universidades y similares.
3 comentarios:
Interesante.
Quizás hubiera faltado qué se dice acerca de los clérigos que son miembros de Órdenes o Congragaciones religiosas
El el Directorio no los cita expresamente. Se entiende que, al hablar de los presbíteros, se refiere a todos los que han recibido el Orden.
Lo anterior no excluye que los religiosos vistan su hábito propio, que sería lo adecuado.
Gracias por acercar a todos los fieles un tema tan complejo/desconocido como la liturgia usando un lenguaje tan sencillo: es un privilegio poder contar con un blog tan cuidado y completo como éste. Muchísimas gracias por compartirlo con todos.
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