El pasado Miércoles
de Ceniza hemos comenzado un tiempo litúrgico nuevo: la Cuaresma. En la
actualidad “el tiempo de Cuaresma va
desde el Miércoles de Ceniza hasta la misa de la Cena del Señor del Jueves
Santo exclusive” (NUAL 28). El computo matemático total en la actualidad
suma cuarenta y cuatro días, incluidos el Miércoles de Ceniza y el Jueves
Santo.
El Vaticano II nos
dice que “prepara a los fieles,
entregados más intensamente a oír la Palabra de Dios y a la oración, para que
celebren el misterio pascual, sobre todo mediante el recuerdo o la preparación
del bautismo y mediante la penitencia”. La Constitución Litúrgica (SC 109)
recuerda el carácter bautismal y penitencial de la Cuaresma e insiste en la
escucha asidua de la palabra y en la dedicación a la oración. Es la época del "Convertíos y creed en el
Evangelio" (Mc 1,15).
En Cuaresma, la liturgia se hace muy patente con
signos claros. Si alguna solemnidad, como san José, cae en domingo, se debe
celebrar el sábado anterior.
En cuanto a normas
litúrgicas y orientaciones pastorales propias podemos apuntar algunas:
* Se debe buscar la
mayor austeridad posible, tanto para el altar como para los demás lugares y
elementos celebrativos.
* El contraste
entre esta austeridad cuaresmal y las maneras festivas que se ofrecerán al
llegar la Pascua (Pascua=paso) ayudarán a captar este concepto de
"paso".
* En este tiempo
hay que suprimir las flores, la música instrumental, salvo si es imprescindible
para acompañar el canto, y los adornos.
* Una celebración
comunitaria de la Penitencia es muy recomendable, con confesión personal como
preparación inmediata al Triduo Pascual, así como el ejercicio del Vía Crucis.
* En la Misa se
omite siempre el Aleluya, que volverá a resonar gozoso en la Vigila Pascual.
Puede sustituirse por una aclamación cristológica.
* Se dicen los
prefacios de Cuaresma, excepto las fiestas que los tengan propios.
* Los domingos se
omite el Gloria.
* El acto
penitencial de la misa debe destacarse.
* Las vestiduras de
los ministros serán moradas. Lo anterior no excluye otros colores, como el
blanco, en las fiestas de San Cirilo y San Metodio, patronos de Europa, así
como en la fiesta de la Cátedra del Apóstol San Pedro, en la solemnidad de San José y el Jueves Santo; el
rojo para el Domingo de Ramos y el Viernes
Santo o el rosa del Domingo de Laetere.
* Se recomienda
hacer homilía diaria, si hay suficientes fieles.
El Leccionario nos
ofrece lecturas centradas en la conversión, penitencia y en la contemplación de
la Pasión del Señor que se intensifica en la Semana Santa.
El Miércoles de
Ceniza, día privilegiado litúrgicamente hablando, es
día de ayuno y abstinencia –como el Viernes Santo– y la liturgia nos presenta
el rito, característico, de la imposición de la ceniza.
En la misa de ese
día se bendice y se impone la ceniza, hecha de los ramos de olivo o de otros
árboles, bendecidos el año precedente. Se omite el acto penitencial, que se
sustituye por la imposición de la ceniza, después de la homilía. Tras una
oración impone en la cabeza o la frente la ceniza a los presentes con
cualquiera de las dos fórmulas que propone el Misal: “Convertios y creed en
el Evangelio” o bien “Acuérdate de que polvo eres y al polvo volverás”.
Es conveniente que el sacerdote también se la imponga o le sea impuesta por
algún fiel. Después sigue la Oración de los Fieles y prosigue la misa con la Liturgia
Eucarística. No se dice el Credo.
También existe la
posibilidad de imponer la ceniza fuera de la misa. Los días posteriores a este
miércoles, hasta el primer domingo de Cuaresma, se llaman jueves, viernes y
sábado después de Ceniza.
Los domingos de
Cuaresma se denominan domingo I, II, III, IV y V de Cuaresma, aunque continúa
la errónea costumbre de denominar al V Domingo de Cuaresma como Domingo de
Pasión, nombre que ha pasado actualmente al domingo que abre la Semana Santa
llamado “Domingo de Ramos en la Pasión del Señor”.
El domingo IV de
Cuaresma tiene un carácter especial: se le llama “Laetere” (Alégrate) por su antífona de entrada, que comienza con
esas palabras tomadas de Isaías (Is 66,10).
Este domingo está situado en la mitad de la Cuaresma y tiene un tono de
alegría, pues ya está cerca el fin del ayuno y más cercana la alegría de la
Pascua. Ese día está autorizado el color rosa en las vestiduras de los
ministros, tal como sucede en el III Domingo de Adviento – Gaudete–.
Teológicamente, el
protagonista de la Cuaresma es Cristo, que se retira a orar al desierto, que
cura al ciego, que se encuentra con la samaritana y la salva. Cristo es el
dueño de la historia y avanza hacia la Pascua sembrando la Salvación. En
definitiva, la Iglesia nos propone una trilogía cuaresmal: oración, ayuno y
limosna.
El ayuno y la abstinencia
Finalizamos
recordando las normas actuales sobre el ayuno y la abstinencia
* La abstinencia
de carne o de otro alimento dispuesto por la Conferencia Episcopal
se debe guardar todos los viernes del
año, que tienen siempre carácter penitencial y no solo los viernes de
Cuaresma, como suele creerse. Ayuno y abstinencia serán solamente el Miércoles
de Ceniza y el Viernes Santo. La ley de la abstinencia obliga a los mayores de
14 años y la del ayuno a los mayores de edad hasta los 59 años. El ayuno
consiste en hacer una sola comida al día, y algo de alimento por la mañana y
por la noche. La abstinencia se refiere a productos de carne u otros. El
sentido es de renuncia voluntaria a algo que nos agrada y ofrecerlo para los
necesitados además de un sentido penitencial. No se trata pues de renunciar o
hacer sacrificio por el hecho de hacerlo. El ayuno y la abstinencia no son un
fin en sí mismo, más bien deben ser un reflejo de la actitud interior de
conversión. Como la ley del ayuno es única e indivisible, una vez quebrantada
–culpable o inculpablemente–, se podría seguir comiendo sin que por ello se
cometiera una nueva falta. No sucede lo mismo con el precepto de la
abstinencia, ya que se faltaría a ella cuantas veces se quebrantara ese día.
Las respectivas
Conferencias Episcopales pueden determinar la manera en que se cumple el ayuno
y la abstinencia, y sustituirlo en todo o en parte por obras de caridad y
prácticas piadosas. –CDC nº 1251 y siguientes–.
Así, en España, excepto los viernes de Cuaresma, los demás viernes del año puede sustituirse la abstinencia por limosna,
obras o lecturas piadosas.
SIGLAS
EMPLEADAS:
NUAL: Normas Universales
sobre el Año Litúrgico
SC.: Sacrosanctum Concilium
CDC: Código de
Derecho Canónico.
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