Vamos en este artículo a exponer y recordar algunos hábitos bastante generalizados y no litúrgicos que los fieles tenemos durante la celebración eucarística.
En primer lugar diremos que es habitual que, durante la ostensión del Pan y del Vino, tras las palabras consecratorias, los fieles mantengan la cabeza inclinada, a manera de reverencia. Lo propio en ese momento es mirar a la hostia recién consagrada y al cáliz que contiene la Sangre del Señor. Para eso precisamente el sacerdote lo muestra al pueblo. Si procede, en cambio, una reverencia profunda en aquellos fieles que hayan permanecido de pie, cuando las Sagradas especies se colocan en el altar, tal como el sacerdote hace al realizar la genuflexión correspondiente. Igual reverencia hacen los sacerdotes concelebrantes. Recordamos que la postura que el misal indica durante la consagración es de rodillas, salvo que el estado físico de la persona, aglomeración, incomodidad manifiesta o causa similar impida arrodillarse.
Otra costumbre que tienen algunos lectores, en el salmo y/o en la Oración de los Fieles, se refiere a decir frases del estilo “Al salmo o a las peticiones respondemos todos…” o cosas por el estilo. No es preciso decirlo, basta con leer la respuesta y que el pueblo la repita. Por cierto que, cuando el equipo de liturgia prepare la Oración de los Fieles, debe tener en cuenta que esas peticiones se dirigen siempre al Padre, no a la Virgen ni a los santos. Cierto es que se puede responder también pidiendo la intercesión de la Virgen, al tipo de “Madre Inmaculada, intercede por nosotros”. También es bueno aclarar que la palabra “fieles” no hace referencia al pueblo, como diferenciándolo de los ministros, sino que fieles son todos lo que participan en la eucaristía, incluido el sacerdote.
Costumbre generalizada y difícil de erradicar es la de escuchar la Oración sobre las Ofrendas sentados. Todas las oraciones de la misa se deben escuchar de pie, que es la actitud propia del orante.
Al recibir la comunión en la mano se debe recibir con la palma de la mano izquierda abierta y tomarla y llevarla a la boca con la mano derecha, que estaría colocada debajo de la izquierda hasta ese momento. Se debe comulgar delante del ministro del que se ha recibido la comunión, y no retirarse con la sagrada forma en la mano. Si antes de comulgar se hace una reverencia de cabeza, mejor. Hay que procurar que la actitud y gestos externos reflejen lo importante de ese acto. Algunas personas parece, dicho sea con todo respeto, que comulgan como el que se mete un caramelo o chicle en la boca.
Cuando suban dos lectores al presbiterio, para leer desde el ambón las lecturas, deben hacerlo al mismo tiempo y, de igual modo, retirarse los dos juntos. Así pues, el primer lector, esperará que el segundo lector termine. Igual sucederá en la Oración de los Fieles, si sube más de un peticionista. Las manos puestas sobre el ambón es la mejor postura del lector.
Si se está realizando la colecta por las filas de los fieles, debe interrumpirse durante la consagración. La costumbre, llena de buena intención, de hacer ruido agitando el cepillo o bolsa petitoria, debe desterrarse.
Otras indicaciones prácticas podrían hacerse de menos trascendencia. Así, cuando haya pocos fieles y la iglesia sea grande, debemos ocupar los lugares más cercanos al presbiterio y concentrarnos en pocos bancos. Escasos fieles desperdigados por una nave amplia da la impresión de desunión e individualismo.
Finalmente, recordamos que las palabras de la doxología que remata la Plegaria Eucarística “Por Cristo, con él y en él, a ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos” solo las dice el presidente y los sacerdotes concelebrantes, si los hay. El pueblo solo responde AMEN. Un Amen que es muy importante en la misa, ya que significa ratificar todo lo anterior, o sea, la Plegaria Eucarística. Es un Amen de aceptación y compromiso.
6 comentarios:
Estoy de acuerdo con todo lo dicho. Pero creo que cambiaría una frase, concrétamente ésta:
Al recibir la comunión en la mano se debe recibir con la palma de la mano izquierda abierta y tomarla y llevarla a la boca con la mano derecha, que estaría colocada debajo de la izquierda hasta ese momento.
Yo quitaría lo de izquierda y derecha. Los zurdos, que yo lo soy, usamos más la mano izquierda. Esa frase parece indicar que si usamos la nuestra mano dominante para coger la forma lo hacemos mal. Y no creo ni que sea así, ni esa fuera la intención al expresarlo de esa forma.
No sé si me habré explicado
Me parece excelente todas estas correcciones ya que aprendemos a tener un buen comportamiento durante la celebración de la Eucaristía, los felicito
Efectivamente, Emilio, tiene usted toda la razón. Los diestros tendemos a pensar que todos lo somos. En cualquier caso, estas indicaciones las pongo porque creo que pueden mejorar el aspecto externo de la celebración, pero no hacerlo así no implica faltar a nada ni cometer ninguna acción reprobable. Son simples consejos, que se pueden seguir o no.
Completamente de acuerdo. Pero la expresión "se debe recibir" es lo que sobra en el post.
:)
Gracias por la respuesta
Participé en una Eucaristía del Camino Neocatecumenal acá en una parte de Argentina y primero se recibe de pie el pan y luego nos sentamos hasta que se ordene que podemos comer y lo hacemos todos juntos. No sé si eso también es una de las cosas aprobadas por los asesores del Papa para el Camino. Otras cosas no observé de diferente salvo lo que ya le aprobaron como por ejemplo dar la paz en otro momento, pero nada más y no lo que vi por internet. ¿Y qué pasa si el sacerdote pide que todo el pueblo lo ayude a cantar toda la doxología? no nos queda otra que obedecerle.
Ah! y el Camino dice que debemos permanecer de pie durante la consagración. No sé si el Obispo puede aprobar estas cosas sin consultar con nadie. Gracias
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