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21.2.12

SIGNIFICADO DEL CARNAVAL

La palabra carnaval viene de carne, carne, y levare, quitar, o sea, quitar la carne y se celebra en los días que preceden al comienzo de la Cuaresma. Aunque hay investigadores que quieren encontrar precedentes en fiestas griegas o romanas, incluso anteriores, lo cierto es que el carnaval está ligado a la Iglesia Católica, fundamentalmente. Su origen se remonta a los tiempos pretéritos en los que, por falta de métodos de refrigeración adecuados, las personas tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período, no sólo la carne, sino también la leche, huevos y similares. La alternativa era perderlos.
Con esta excusa, en muchos sitios se comenzaron a organizar, días antes al Miércoles de Ceniza, fiestas populares llamadas carnavales, en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la Cuaresma. Muy pronto empezó a degenerar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se "arrepentirían" durante la Cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada, tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas ciudades, como en Río de Janeiro o Nueva Orleans.
Justamente, como reacción a los excesos que se cometían en los carnavales, fue tomando cuerpo el realizar un triduo de reparación y desagravio por los excesos cometidos, dedicado al Santísimo Sacramento, llamado Triduo de Carnestolendas o de Carnaval. En la actualidad, en Sevilla ese triduo lo organiza la Real Congregación de Luz y Vela, que lo celebra tres días antes del Miércoles de Ceniza, estando el Santísimo expuesto en la Parroquia de Santa Cruz, con turnos de adoración y vela de una hora por distintas asociaciones y hermandades de la ciudad. Durante los tres días, a las 21 horas, hay bendición con el Santísimo Sacramento y, en el último día, Procesión Claustral con S.D.M. bajo palio. También, el cabildo de la catedral organiza el Triduo de Carnaval, con baile de seises.
Acabamos, recordando las normas vigentes sobre el ayuno y la abstinencia. La abstinencia de carne o de otro alimento dispuesto por la Conferencia Episcopal se debe guardar todos los viernes del año, que tienen siempre carácter penitencial y no sólo los viernes de Cuaresma, como suele creerse. Ayuno y abstinencia serán solamente el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. La ley de la abstinencia obliga a los mayores de 14 años y la del ayuno a los mayores de edad hasta los 59 años. El ayuno consiste en hacer una sola comida al día, y algo de alimento por la mañana y por la noche. La abstinencia se refiere a productos de carne u otros. El sentido es de renuncia voluntaria a algo que nos agrada y ofrecerlo para los necesitados, además de un sentido penitencial. No se trata pues de hacer un sacrificio por el hecho de hacerlo. El ayuno y la abstinencia no son un fin en sí mismo, más bien deben ser un reflejo de la actitud interior de conversión. Como la ley del ayuno es única e indivisible, una vez quebrantada –culpable o inculpablemente–, se podría seguir comiendo sin que por ello se cometiera una nueva falta. No sucede lo mismo con el precepto de la abstinencia, ya que se faltaría a ella cuantas veces se quebrantara ese día. Las respectivas Conferencias Episcopales pueden determinar la manera en que se cumple el ayuno y la abstinencia, y sustituirlo en todo o en parte por obras de caridad y prácticas piadosas. –CDC nº 1251 y siguientes–.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Memento homo quia pulvies es, et in púlverem reverteris"

Encajaba perfectamente con el espíritu del Miércoles de Ceniza; pero lo que dice ahora el Sacerdote al imponerla no sé qué significado tiene. Creo que todos deberíamos de hacer ver a nuestra Iglesia que variar por variar nos lleva por mal camino.

Jesús Luengo Mena dijo...

Tanto la fórmula "Convertíos y creed en el Evangelio" como "Acuerdate de que eres polvo y al polvo volverás" son válidas, y asi lo regoge el Misal. Una hace más referencia a la conversión y la otra a nuestra condición de mortales, pero, repito, ambas son legítimas y están en vigor. El sacerdote eligirá la que le parezca más oportuna.

Anónimo dijo...

Me parece de poco peso su argumento porque yo ya llegaba a la imposición "convertido y creyendo en los textos evangélicos".

El Miércoles de Ceniza tiene forzosamente que ser una invitación más a la Penitencia, la Conversión tiene otros momentos que no corresponden a esta celebración. Basta leer el Proprio de la Misa para confirmarlo.