Comenzamos este artículo con una pregunta. ¿Puede y es lícito celebrarse la Misa fuera de un templo, al aire libre, en un edificio o en un domicilio particular?. La respuesta es sí, pero con unos requisitos que ahora analizamos.
El sacrificio del Señor se ofrece, como norma general, en un lugar sagrado, entendiéndose por tal un templo debidamente consagrado. Ahora bien, por justa causa o necesidad se puede celebrar en otro lugar, que debe ser adecuado (por ejemplo un cementerio al aire libre o las llamadas misas de campaña). Vemos ahora que significa adecuado y que requisitos requiere la celebración fuera de un templo.
La Misa se celebra normalmente en un altar que ha debido ser dedicado o bendecido; fuera de un lugar sagrado puede celebrarse en una mesa apropiada pero siempre con ornamentos de altar (mantel) y con corporal.
Por tanto, para no perder el significado de la celebración eucarística, el celebrante debe asegurarse de que se cumplen todos los requisitos necesarios para oficiar la Misa fuera del lugar sagrado: deberá determinar en primer lugar si es realmente necesario usar ese lugar como lugar sagrado. Si hubiese una iglesia o capilla cercana nada puede justificar el uso de otros lugares (una clase, sala de conferencias, auditorio y similares).
Una vez decidido que el lugar es adecuado para la celebración de la Eucaristía debe tener muy en cuenta que no deben utilizarse para la celebración comedores y mesas en los que de ordinario se coma, dejando esta posibilidad como la última de las existentes. Una mesa «apropiada» deberá ser una que tenga una superficie lo suficientemente amplia para contener los vasos sagrados, misal, cruz y velas; que sea lo suficientemente alta para que el sacerdote pueda estar de pie delante de ella durante la celebración (por tanto, una mesilla o similar no es apropiada); estar limpia y que no se relacione con usos que puedan inducir a escándalo o al ridículo. Se pondrá una sede digna para el celebrante cerca del altar y en la medida de lo posible se empleará un atril portátil. Si la ocasión es solemne debe cubrirse el altar con un dosel a modo de techo.
Los requisitos básicos para la Misa son: lienzos dignos para el altar, vasos para el vino y el agua, un cuenco para lavar las manos del sacerdote, una toalla de mano y en o cerca del altar, un crucifijo y velas. Por lo general, el sacerdote aportará el pan y el vino, cáliz, patena, corporal, purificador y los ornamentos: alba, estola y casulla, misal y leccionario.
Donde el Ordinario lo permita y con el permiso del párroco, la Misa podrá celebrarse en un domicilio particular. Durante una Misa doméstica (generalmente por causa de enfermedad grave de algún residente) deberán ayudar como lectores y ayudantes algunos de los miembros de la familia. Se exhortará a todos los familiares a preparar las mejores ropas, vasos, etc., para el honor de Dios. Pueden, de acuerdo con sus recursos, colocar flores frescas en o cerca del altar y si es costumbre también se puede colocar en el altar una imagen sagrada a la que tengan gran devoción.
Cuando la Misa se celebra al aire libre se deben tomar precauciones razonables para evitar los efectos del polvo, el viento o el clima, colocando pesos en los lienzos del altar o cubriendo el cáliz con un paño adecuado. La patena deberá tener una cubierta y se permite colocar un disco metálico sobre la Hostia durante la celebración para evitar que vuele. Asimismo el copón deberá tener una cubierta segura o bien podrá taparse con una cubierta plana durante la distribución de la Comunión. Por último es de sentido común poner cristales protectores en los cirios y proteger los micrófonos contra los efectos del viento.
El sacrificio del Señor se ofrece, como norma general, en un lugar sagrado, entendiéndose por tal un templo debidamente consagrado. Ahora bien, por justa causa o necesidad se puede celebrar en otro lugar, que debe ser adecuado (por ejemplo un cementerio al aire libre o las llamadas misas de campaña). Vemos ahora que significa adecuado y que requisitos requiere la celebración fuera de un templo.
La Misa se celebra normalmente en un altar que ha debido ser dedicado o bendecido; fuera de un lugar sagrado puede celebrarse en una mesa apropiada pero siempre con ornamentos de altar (mantel) y con corporal.
Por tanto, para no perder el significado de la celebración eucarística, el celebrante debe asegurarse de que se cumplen todos los requisitos necesarios para oficiar la Misa fuera del lugar sagrado: deberá determinar en primer lugar si es realmente necesario usar ese lugar como lugar sagrado. Si hubiese una iglesia o capilla cercana nada puede justificar el uso de otros lugares (una clase, sala de conferencias, auditorio y similares).
Una vez decidido que el lugar es adecuado para la celebración de la Eucaristía debe tener muy en cuenta que no deben utilizarse para la celebración comedores y mesas en los que de ordinario se coma, dejando esta posibilidad como la última de las existentes. Una mesa «apropiada» deberá ser una que tenga una superficie lo suficientemente amplia para contener los vasos sagrados, misal, cruz y velas; que sea lo suficientemente alta para que el sacerdote pueda estar de pie delante de ella durante la celebración (por tanto, una mesilla o similar no es apropiada); estar limpia y que no se relacione con usos que puedan inducir a escándalo o al ridículo. Se pondrá una sede digna para el celebrante cerca del altar y en la medida de lo posible se empleará un atril portátil. Si la ocasión es solemne debe cubrirse el altar con un dosel a modo de techo.
Los requisitos básicos para la Misa son: lienzos dignos para el altar, vasos para el vino y el agua, un cuenco para lavar las manos del sacerdote, una toalla de mano y en o cerca del altar, un crucifijo y velas. Por lo general, el sacerdote aportará el pan y el vino, cáliz, patena, corporal, purificador y los ornamentos: alba, estola y casulla, misal y leccionario.
Donde el Ordinario lo permita y con el permiso del párroco, la Misa podrá celebrarse en un domicilio particular. Durante una Misa doméstica (generalmente por causa de enfermedad grave de algún residente) deberán ayudar como lectores y ayudantes algunos de los miembros de la familia. Se exhortará a todos los familiares a preparar las mejores ropas, vasos, etc., para el honor de Dios. Pueden, de acuerdo con sus recursos, colocar flores frescas en o cerca del altar y si es costumbre también se puede colocar en el altar una imagen sagrada a la que tengan gran devoción.
Cuando la Misa se celebra al aire libre se deben tomar precauciones razonables para evitar los efectos del polvo, el viento o el clima, colocando pesos en los lienzos del altar o cubriendo el cáliz con un paño adecuado. La patena deberá tener una cubierta y se permite colocar un disco metálico sobre la Hostia durante la celebración para evitar que vuele. Asimismo el copón deberá tener una cubierta segura o bien podrá taparse con una cubierta plana durante la distribución de la Comunión. Por último es de sentido común poner cristales protectores en los cirios y proteger los micrófonos contra los efectos del viento.
2 comentarios:
¡Excelente información! muy util verdaderamente.
Por mi parte no he notado ningún abuso litúrgico en este aspecto, de sacerdotes que parece no les gustara el templo.
Debería recuperarse el uso de las Aras, cuando se celebra fuera del lugar sagrado. Creo que las prescripciones antiguas eran muy correctas, y no debieron ser modificadas, ya que hoy en día es mucho más facil cumplir con ellas que antaño.
Saludos +
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