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2.6.09

EL PAPEL DEL DIÁCONO EN LA MISA III

Continuamos en esta nueva entrega analizando el papel del diácono en la misa, ahora en la Liturgia eucarística.
Preparación de los dones
Es un servicio típicamente diaconal. El sacerdote debe quedarse en la sede hasta que el diácono haya terminado este servicio. El diácono coloca el misal en el altar, que ha debido permanecer vacío hasta momento, va a la credencia a preparar el cáliz y lo trae al altar junto con el corporal y el purificador. En ese momento el sacerdote sube al altar, y recibe la patena de mano del diácono. Si hay procesión de ofrendas el sacerdote va a la entrada del presbiterio para recibir de los fieles el pan y el vino que traen desde la nave central. Recordamos que se deben llevar solamente pan sobre la patena o una bandeja con las hostias chicas (y la grande) y el vino. No debe llevarse el cáliz con palia, corporal y purificador, ni la vinajera con agua ya que el agua no es “fruto de la tierra y del trabajo del hombre”.
El diácono inmediatamente entrega al sacerdote la patena o la bandeja de pan, y prepara el cáliz a un lado del altar, echando vino con la gota de agua (este rito ya hemos indicado que puede también hacerse en la credencia, si no se recibe los dones de los fieles).
Antes de la plegaria eucarística, si no hay acólito, ayudará en el lavabo de las manos teniendo previsto que en el misal debe estar en la página de la Oración sobre las ofrendas, ejerciendo su función “ad librum”.
Ni que decir tiene que el diácono debe conocer perfectamente la “geografía” del Misal para indicar el texto que el sacerdote debe proferir.
La plegaria eucarística
Durante la plegaria eucarística, el diácono permanece junto al sacerdote, pero un poco detrás de él, para asistirlo, cuando sea necesario “ad calicem o ad missalem”, o sea, para cubrir o descubrir el cáliz con la palia y pasar las páginas del misal. Desde la epíclesis hasta la elevación del cáliz al final de la plegaria, el diácono permanece de rodillas. Un poco antes del final de la Plegaria, el diácono se levanta, descubre el cáliz, él mismo lo toma con las dos manos, y lo eleva junto al lado de la patena que eleva el sacerdote. Después del Amen, lo deposita de nuevo sobre el altar, y presenta el misal a la pagina del Padre nuestro. Este gesto del diácono de levantar el cáliz se le encomienda no para comodidad del sacerdote sino por su simbolismo: representa la mano de la asamblea que se ofrece a sí misma junto con Cristo. Incluso en una concelebración no es papel de los concelebrantes que está al lado del sacerdote levantar el cáliz.
Rito de la paz
Después que el sacerdote haya dicho “La paz del Señor...” el diácono pronuncia una monición diaconal muy breve, y con las manos juntas dice: “Daos fraternalmente la paz!” o similar. Recordamos también que el gesto de la paz es un gesto optativo y por lo tanto secundario.
La palabra más importante de esta monición es “fraternalmente”, ya que el rito es una expresión exterior de la fraternidad, esencial para comulgar.
El diácono recibe la paz del sacerdote y a su vez la puede transmitir a otros.
El misal describe así su intención: “Los fieles imploran la paz y la unidad para la iglesia y para toda la familia humana, y se expresan mutuamente la caridad, antes de participar de un mismo pan”.
La fracción del pan
Luego, después que haya terminado el rito de la paz, el sacerdote realiza el gesto de la fracción del pan. El diácono le puede ayudar y repartir las hostias en diversos copones o bandejas según el número de ministros de la comunión, o bien ir al Sagrario si hay muchas hostias consagradas en misas anteriores, pero no debe ser es algo habitual, ya que las normas indican ue lo deseable es que se consagren las hostias de los participantes en la misma misa.
La comunión
El diácono recibe la comunión en la mano del celebrante mismo, primero el Pan y luego el Cáliz. Y si son varios los ministros el diácono puede repartirles el Pan en la mano para que todos puedan comulgar al mismo tiempo junto con el sacerdote, y luego les ofrecerá a cada uno el cáliz, después de beber de él.
Es también una función diaconal importante que el diácono asista al sacerdote para repartir la comunión a los fieles. Terminada la comunión el diácono procede a la purificación de los vasos sagrados
Después de la comunión de los fieles, vuelve al centro del altar, hace la genuflexión si quedan hostias consagradas, las junta en un solo copón y lo deposita en el sagrario. Vuelve al altar pero no en el lugar central que ocupa solamente el sacerdote, y en el altar mismo consume lo que queda de la preciosa Sangre, con otros sí necesario; recoge las partículas si hay y luego bien purifica los vasos sagrados en la credencia o bien los deja en la credencia, para purificarlos después de la misa. Después vuelve al lado del sacerdote a la sede.
Rito de conclusión
El diácono indica al presidente la página de la “oración después de la comunión” en el misal que le presenta el acólito. Puede dar al pueblo brevemente los avisos prácticos que procedan, a menos que el párroco prefiera darlos él mismo. Si el sacerdote (u obispo) utiliza una fórmula de bendición solemne, el diácono dice con las manos juntas: “Inclinaos para recibir la bendición”, e inmediatamente después del Amén se dirige brevemente a la asamblea, siempre con las manos juntas, pronunciando la fórmula de “envío” (no es despedida). A continuación, besa el altar junto con el sacerdote, y, hecha una profunda inclinación, genuflexión si el sagrario está en el presbiterio se retira, ubicándose delante o al lado del sacerdote en la procesión de salida.

2 comentarios:

Comunidad Juan Pablo II dijo...

Hola, encontré el blog buscando información sobre liturgia para mi grupo de Confirmación Adulto, me gustó mucho el blog y más claro no puede explicar los distintos temas, así que tomé prestado un artículo, no se preocupe, que puse la fuente, ya que estamos en campaña para enseñarle a los fieles sobre Liturgia.

Un saludo y lo añadí en nuestro blog para que lo visiten.

Saludos desde Chile.

Carlos Alberto Rico Urrego dijo...

Hola, que practico, claro y didactico su blog.

Me ha dado luz sobre estos asuntos.

Que el señor lo bendiga en su labor.