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4.3.07

LA SAGRADA COMUNIÓN: QUIEN PUEDE IMPARTIRLA, CONDICIONES Y MANERA DE RECIBIRLA

La comunión la distribuyen los presbíteros y los diáconos, por derecho propio, especialmente el vino. Si es necesario, puede distribuir la comunión el acólito instituido, al cual se le considera como ministro extraordinario. Si la comunión es bajo las dos especies será el acólito quien ofrezca el cáliz y si es por intinción sostiene el cáliz. Si falta un acólito instituido y fuese necesario también la podría distribuir una persona designada de manera ocasional, sin excluir a las mujeres. En definitiva, tanto los acólitos instituidos como los ocasionales sólo la repartirán en caso de necesidad (excesivo número de fieles que alargaría mucho el rito, dificultades de movilidad por parte del presidente, difícil acceso a algunas zonas y cosas por el estilo). En ningún caso se debe permitir a los no ordenados distribuirla sin causa justificada y mucho menos como muestra de “reconocimiento o premio” a algún miembro de la comunidad. Siempre lo harán en ausencia o imposibilidad de los ministros ordinarios o extraordinarios.

Sobre la condiciones para recibirla recordamos que el ayuno eucarístico sigue vigente: “Quien vaya a recibir la santísima Eucaristía ha de abstenerse de tomar cualquier alimento y bebida al menos una hora antes de la sagrada comunión, a excepción del agua y las medicinas” (CDC nº 919). Se exceptúa a los ancianos, a los enfermos y a quines los cuidan así como al sacerdote que oficie dos o tres Eucaristías en el mismo día, debiendo guardar el ayuno sólo para la primera Eucaristía. Además, no pueden recibirla los excomulgados ni los que tengan conciencia de hallarse en pecado grave. Si concurre motivo grave y no se tiene posibilidad de confesarse sacramentalmente se puede recibir la comunión, estando obligado a confesar cuanto antes se pueda (CDC 916). Sobre repetir la comunión está permitido recibirla una segunda vez en el mismo día, siempre dentro de la celebración eucarística en la que se participe (CDC 917).
También los fieles pueden recibir la comunión fuera de la Misa, siempre que lo pidan por causa justa aunque lo recomendable es recibirla siempre dentro de la celebración eucarística.

Sobre la forma de recibirla por parte de los fieles depende de si se hace bajo una o las dos especies. En cualquier caso es preciso aclarar que bajo una cualquiera de las dos especies está Cristo entero. Los frutos de la comunión no se incrementan por comulgar bajo las dos especies.
El Misal establece: “ El sacerdote toma la patena o el copón, y se aproxima a los que van a comulgar, quienes de ordinario se acercan procesionalmente. No está permitido a los fieles tomar por sí mismos el pan consagrado ni el cáliz sagrado, ni mucho menos que se lo pasen entre sí de mano en mano. Los fieles comulgan de rodillas o de pie, según lo establezca la Conferencia episcopal. Cuando comulgan de pie, se recomienda hacer, antes de recibir el Sacramento, la debida reverencia, establecida por las mismas normas” (OGMR 160). Se refiere a inclinación de cabeza. Lo fieles pueden recibir la comunión en la boca o en la mano. Si lo hacen en la mano deben colocar la mano izquierda sobre la derecha para recibir la Hostia en la mano izquierda y cogerla con la derecha para llevarla a la boca. Debe consumirse íntegramente delante del sacerdote y no irse con la Hostia en la mano. El sacerdote dirá : “El cuerpo de Cristo” respondiendo con un Amen.
Bajo las dos especies, además de los religiosos, la pueden recibir los fieles según el criterio de su sacerdote que lo considere pastoralmente oportuno.
Si es bajo las dos especies no está permitido que los fieles reciban primero la Hostia en la mano y luego la mojen ellos mismos en el cáliz. “Si la comunión se hace por intinción, el que va a comulgar, sosteniendo la patena bajo la boca, se acerca el sacerdote, que tiene el cáliz y a su lado al ministro que sostiene el recipiente con las partículas consagradas. El sacerdote toma una Hostia, la moja parcialmente en el cáliz y, mostrándola dice : “El Cuerpo y la Sangre de Cristo”; el comulgante responde: “Amen”, recibiendola en la boca de mano del sacerdote el Sacramento, y luego se retira. (OGMR 287). Si es bebiendo del cáliz, primero se tomará la Hostia y posteriormente el sacerdote ofrecerá el cáliz para beber de él.
Jesús Luengo Mena, Lector instituido y Vicette de Jesús Despojado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

se acerca el sacerdote, que tiene el cáliz y a su lado al ministro que sostiene el recipiente con las partículas consagradas. El sacerdote toma una Hostia, la moja parcialmente en el cáliz y, mostrándola dice : “El Cuerpo y la Sangre de Cristo”; el comulgante responde: “Amen”, recibiendola en la boca de mano del sacerdote el Sacramento, y luego se retira. (OGMR 287).
Es esto mismo que esta alla?