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15.5.14

SOBRE LAS ADVOCACIONES MARIANAS

Ahora que estamos en el mes de mayo, mes que la devoción popular adjudica a la Virgen María, vamos a analizar en este artículo el sentido y origen de las innumerables advocaciones, algunas muy pintorescas, que recibe la Madre de Dios.
En primer lugar, comenzaremos diciendo que advocación significa forma de nombrar a una imagen, para diferenciarla de otras y para individualizarla con un atributo. Lógicamente, la Virgen María es solo una, siempre la misma, se la venere con la advocación que sea. No está de más recalcarlo, porque se lee a veces que en tal o cual acto participarán ocho vírgenes y cosas por el estilo. Lo correcto es hablar de ocho imágenes de la Virgen, al igual que se escribe que en tal Vía Crucis participarán doce Cristos, en vez de decir doce imágenes de Cristo.
También hemos de distinguir entre dogmas marianos, títulos y advocaciones.
Como dogmas marianos la Iglesia ha proclamado que María siempre se mantuvo Virgen, antes, durante y después del parto, que María es la Madre de Dios, que fue concebida sin pecado original y que ascendió a los cielos en cuerpo y alma. Litúrgicamente se celebran como solemnidades.
También es preciso saber que las leyendas y tradiciones sobre el origen de las distintas advocaciones no son dogma de fe, por lo cual se pueden creer o no.
Los títulos más frecuentemente usados por las hermandades son los de María Santísima o Nuestra Señora. Otros títulos menos frecuentes son: Nuestra Madre y Señora, Inmaculada o Purísima Concepción, Pura y Limpia, Santa María, Maravillas, Inmaculado Corazón, Santísima Virgen, Dulce Nombre, Divina Gracia y Madre de Dios, Inmaculada Milagrosa, Divina Enfermera y Madre de la Iglesia. 
En lo referente al origen de las mismas, la mayoría de las advocaciones las podemos clasificar en cinco apartados, a saber:
-         advocaciones que hacen referencia a un hecho curioso o milagroso: Virgen del Subterráneo, Virgen de la Luz, Hiniesta, Rocío, Montserrat, Nieves, Loreto, Aguas, etc. Son las más numerosas.
-         otras responden a las jaculatorias de las letanías, como los casos de Estrella, Auxiliadora, Salud, Refugio, Ángeles (reina de),  Consolación y Paz.
-         Otras advocaciones hacen referencia a su forma iconográfica o a algún detalle en representarlas: Virgen del Pajarito, Virgen de la Servilleta, Virgen del Coral, Virgen de las Rocas, Virgen de la Cinta, Virgen de las Lágrimas, etc.
-         Otras se refieren a apariciones marianas: Lourdes, Fátima, Guadalupe.
-         Finalmente, otras tiene un sentido más teológico o hacen referencia a aspectos de su vida terrenal: Dolores, Amargura, Rosario, Carmen, Merced, Angustia, Remedios, Presentación, Anunciación, Asunción, Socorro, Soledad, Candelaria, etc. Las imágenes que han sido coronadas canónicamente añaden a la advocación la palabra Coronada
También hemos de decir que las advocaciones se pueden clasificar en pasionales o letíficas, dicho más claramente, en advocaciones dolorosas relacionados con la Pasión de Jesús o de gloria.
Finalizamos con un bello canto, dedicado a María, hoy poco interpretado pero que la generación de los más veteranos la recordarán.

FLORES A MARIA 

Venid y vamos todos con flores a porfía, 
con flores a María, que Madre nuestra es 

De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella, 
más que la luna, bella, postrados a tus pies. 

Venimos a ofrecerte las flores de este suelo, 
con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves. 


Por ellas te rogamos, si cándidas te placen, 
las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.

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