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22.7.12

MISCELANEA VARIA II

Seguimos en este artículo con varios temas, sobre los cuales a veces no se tiene la suficiente formación.
¿Qué es una archidiócesis? Sabemos que la Iglesia se organiza, territorialmente hablando, en diócesis que, en España, coinciden esencialmente con las provincias, con algunas excepciones. A su vez, las diócesis se agrupan en provincias eclesiásticas. Al frente de cada diócesis se pone a un obispo como cabeza máxima de la Iglesia. Una archidiócesis no es más que una diócesis a la que la Santa Sede le da ese título honorífico por cuestiones de antigüedad, tradición histórica, considerarse origen de otras o por ser una región importante por su población u otras cuestiones. El obispo que está al frente de una archidiócesis ostenta el título de arzobispo. La archidiócesis preside un grupo de diócesis de una región, que reciben el nombre de "diócesis sufragáneas". Sevilla es una archidiócesis, porque preside la provincia eclesiástica del mismo nombre, que comprende las diócesis de SEVILLA, Cádiz y Ceuta, Canarias, Córdoba, Huelva, Jerez de la Frontera y Tenerife. Así, se dice la diócesis de Cádiz es sufragánea de la de Sevilla. Las provincias eclesiásticas, que tienen de propio derecho personalidad jurídica, están presidida por el metropolitano, quien es, a su vez, arzobispo. El oficio de arzobispo metropolitano va anejo a la sede episcopal, de la que recibe el nombre la provincia eclesiástica. En otras naciones se las llama arquidiócesis.
¿Qué diferencia hay entre un obispo y un arzobispo? En sentido estricto, ninguno. Ambos han recibido la misma ordenación episcopal. El arzobispo es un cargo honorífico, que preside la provincia eclesiástica, pero no “manda” en las diócesis sufragáneas, ya que cada obispo es soberano en su territorio. Así pues, la influencia del arzobispo en la vida de dichas diócesis es más de preeminencia que de injerencia, a no ser que existan razones de fuerza mayor para ello, como la imposibilidad de un obispo para regir la vida de su diócesis.
¿Es lo mismo un monje que un fraile? No. Los monjes son religiosos que pertenecen a Órdenes religiosas monásticas, cuyo carisma es la de vivir apartados del mundo dedicados a la oración, el estudio y el trabajo manual artesano o agrícola. Viven en monasterios que, por propia definición, están apartados de las ciudades para facilitar esa vida monástica. Monjes son, sin ser exhaustivos, los cartujos, los cistercienses, los jerónimos, los trapenses, los benedictinos. El superior del monasterio se denomina abad. Los frailes, en cambio, pertenecen a Órdenes religiosas de las llamadas “mendicantes”, y se dedican a labores de caridad, predicación, enseñanza, catequesis, cuidado de enfermos y similares. Viven en conventos, que pueden estar en las ciudades, por razones de su propia misión. Frailes son, sin agotar la lista, los franciscanos, los carmelitas, los mercedarios, los trinitarios, los dominicos, los mínimos. El superior del convento se denomina prior. Las diferencias entre monje y fraile eran más acusadas en siglos pasados. Además existen Congregaciones religiosas (como salesianos o claretianos) y Órdenes de clérigos regulares (como los jesuitas).
¿Qué es el clero regular y el clero secular? La diferencia estriba en que el clero regular pertenece a una Orden o Congregación, que tiene su propia Regla (de ahí viene regular), generalmente con los llamados tres votos. Se les llama también “religiosos”. El clero secular o diocesano no pertenece a ninguna Orden y está bajo la jurisdicción directa de su obispo. Lógicamente, la disciplina que impone la Regla solo afecta a los que, voluntariamente, la han aceptado al ingresar en la Orden o Congregación, al modo similar de un hermano que ingresa en una hermandad o cofradía.
¿Hacen los curas voto de castidad? Hay un gran desconocimiento sobre el tema de los votos religiosos. En principio, los votos de castidad, pobreza y obediencia solo lo hacen los que ingresan en Órdenes o Congregaciones y que los tengan en sus Reglas, que no todas estas asociaciones los tienen. Son propios del clero regular. Así, un religioso se obliga por el voto de castidad a ser casto, por el de pobreza a no tener bienes propios y a obedecer a su superior. Los bienes se poseen en común: si hay un coche, será para servicio del convento, si el fraile gana un dinero, predicando por ejemplo, lo entrega al prior y así sucesivamente. No puede tener dinero propio. En cambio, el sacerdote secular no profesa votos de ningún tipo. Eso sí, hace promesa de mantenerse célibe (o sea, no casarse), lo cual implica abstinencia completa. También promete obediencia y respeto al obispo. Sobre la pobreza, el sacerdote secular puede poseer bienes propios, o sea, ser dueño de un coche o un piso, venderlos, comprarlos, tener cuentas bancarias y ahorros, exactamente igual que cualquier laico. Eso sí, no debe llevar una vida ostentosa y vivir con moderación y austeridad por el ejemplo a los fieles. 
¿Qué es un cura vago? Aunque la palabra evoque a alguien que no quiere trabajar no tiene nada que ver. Se llama cura vago a aquel sacerdote que no depende jurídicamente de ningún obispo, pero que sigue siendo cura.  Vago hace referencia a que “vaga”, que no tiene domicilio fijo y va de un sitio a otro. El Código de Derecho Canónico prohíbe estas situaciones, en el canon 265, que obliga a todo clérigo a estar incardinado, bien en una Iglesia particular o bien en un instituto o sociedad.
¿Puede un sacerdote secular mudarse de diócesis, región o país sin más trámite? Rotundamente no. En principio, el clérigo queda incardinado (adscrito) a la diócesis en la que se ordena de diácono. Eso no significa que deba estar de por vida en la diócesis en la que se ordenó. Con los debidos permisos y autorizaciones, puede incardinarse en otra diócesis distinta, pero siempre por causa justa, no por puro gusto o capricho.

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