La basílica de San Pedro está situada sobre la tumba del apóstol, que fue martirizado en el año 67 en el circo privado de Nerón, circo que ocupaba parte del solar de la actual basílica y una necrópolis contigua.
La basílica es un signo de la universalidad de la Iglesia, y se considera el templo principal de la cristiandad, aunque San Juan de Letrán es la única considerada como archibasílica. Su capacidad es para 2.500 personas sentadas y más de 300.000 en la plaza. La actual basílica fue mandada construir por el papa Julio II (1503-1513), sobre los cimientos de la primera basílica, construida por orden del emperador Constantino en el año 334. Se pueden contemplar todavía, en la cripta de los Papas, algunos basamentos y partes de columnas de la basílica constantiniana.
Los arquitectos que intervinieron en la construcción de la misma fueron: Bramante, Sangallo, Rafael, Peruzzi, Miguel Ángel, da Vignola, Ligorio, Fontana, della Porta, Maderno (fachada) y Bernini (Cátedra de San Pedro, Baldaquino y la Columnata).
La basílica cuenta con el mayor espacio interior de una iglesia cristiana en el mundo, tiene 193 metros de longitud, 44,5 metros de altura, y abarca una superficie de 2,3 hectár
El acceso a la basílica desde el pórtico se realiza a través de cinco puertas, de izquierda a derecha son: «Puerta de la Muerte» (porque por esa puerta sale el cortejo fúnebre de los papas cuando fallecen), «Puerta del Bien y del Mal», «Puerta de Filarete», «Puerta de los Sacramentos» y la «Puerta Santa», que solo la abre en Papa en los años santos y sirve, atravesándola, para ganar el jubileo otorgado.
Veamos algunos de sus elementos más significativos. Comenzamos por la Plaza de San Pedro: es el acceso a la basílica y forma con ella una unidad de sentido. Cuenta con el conocido colonnato de Bernini, de 240 metros de largo, que consta de 284 columnas de estilo dórico y 88 pilastras distribuidas en tres hileras, coronadas por 140 estatuas con escudos pontificios de Alejandro VII. En la plaza se encuentra el obelisco egipcio, sin jeroglíficos, de 25.50 metros, proveniente del circo de Nerón, trasladado hasta aquí por Doménico Fontana. En el globo terráqueo que lo corona, se depositaron reliquias de la Santa Cruz. Además, existen dos fuentes: una de Bramante y otra de Maderno.
La basílica de San Pedro, propiamente dicha, se abre mediante un pórtico, con la Puerta Santa. Dentro, destaca el Altar Papal o Altar de la Confesión, cubierto por el baldaquino en bronce de Bernini (inaugurado en 1633 por Urbano VIII), bajo la cúpula de Miguel Angel. En la base de la cúpula se lee: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Otros elementos importantes son: La capilla del Santísimo, con verjas de Borromini y un Sagrario de bronce dorado de Bernini; la Cátedra de san Pedro, en bronce, de Bernini y la Capilla de la Piedad, con la imagen de la Virgen de la Piedad de Miguel Ángel, realizada a los veinticuatro años, la única firmada por el artista y una imagen en bronce de San Pedro. Bajo la basílica se encuentra la cripta de la basílica vaticana, con numerosas tumbas de Papas y restos de la antigua basílica de Constantino.
Todos los santos fundadores de órdenes y congregaciones religiosas tienen en la basílica su estatua. Terminamos con una pregunta.
¿Están los restos de San Pedro realmente enterrados en la basílica?
La basílica es un signo de la universalidad de la Iglesia, y se considera el templo principal de la cristiandad, aunque San Juan de Letrán es la única considerada como archibasílica. Su capacidad es para 2.500 personas sentadas y más de 300.000 en la plaza. La actual basílica fue mandada construir por el papa Julio II (1503-1513), sobre los cimientos de la primera basílica, construida por orden del emperador Constantino en el año 334. Se pueden contemplar todavía, en la cripta de los Papas, algunos basamentos y partes de columnas de la basílica constantiniana.
Los arquitectos que intervinieron en la construcción de la misma fueron: Bramante, Sangallo, Rafael, Peruzzi, Miguel Ángel, da Vignola, Ligorio, Fontana, della Porta, Maderno (fachada) y Bernini (Cátedra de San Pedro, Baldaquino y la Columnata).
La basílica cuenta con el mayor espacio interior de una iglesia cristiana en el mundo, tiene 193 metros de longitud, 44,5 metros de altura, y abarca una superficie de 2,3 hectár
El acceso a la basílica desde el pórtico se realiza a través de cinco puertas, de izquierda a derecha son: «Puerta de la Muerte» (porque por esa puerta sale el cortejo fúnebre de los papas cuando fallecen), «Puerta del Bien y del Mal», «Puerta de Filarete», «Puerta de los Sacramentos» y la «Puerta Santa», que solo la abre en Papa en los años santos y sirve, atravesándola, para ganar el jubileo otorgado.
Veamos algunos de sus elementos más significativos. Comenzamos por la Plaza de San Pedro: es el acceso a la basílica y forma con ella una unidad de sentido. Cuenta con el conocido colonnato de Bernini, de 240 metros de largo, que consta de 284 columnas de estilo dórico y 88 pilastras distribuidas en tres hileras, coronadas por 140 estatuas con escudos pontificios de Alejandro VII. En la plaza se encuentra el obelisco egipcio, sin jeroglíficos, de 25.50 metros, proveniente del circo de Nerón, trasladado hasta aquí por Doménico Fontana. En el globo terráqueo que lo corona, se depositaron reliquias de la Santa Cruz. Además, existen dos fuentes: una de Bramante y otra de Maderno.
La basílica de San Pedro, propiamente dicha, se abre mediante un pórtico, con la Puerta Santa. Dentro, destaca el Altar Papal o Altar de la Confesión, cubierto por el baldaquino en bronce de Bernini (inaugurado en 1633 por Urbano VIII), bajo la cúpula de Miguel Angel. En la base de la cúpula se lee: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Otros elementos importantes son: La capilla del Santísimo, con verjas de Borromini y un Sagrario de bronce dorado de Bernini; la Cátedra de san Pedro, en bronce, de Bernini y la Capilla de la Piedad, con la imagen de la Virgen de la Piedad de Miguel Ángel, realizada a los veinticuatro años, la única firmada por el artista y una imagen en bronce de San Pedro. Bajo la basílica se encuentra la cripta de la basílica vaticana, con numerosas tumbas de Papas y restos de la antigua basílica de Constantino.
Todos los santos fundadores de órdenes y congregaciones religiosas tienen en la basílica su estatua. Terminamos con una pregunta.
¿Están los restos de San Pedro realmente enterrados en la basílica?
Pablo VI dijo, el veintiocho de junio de 1978: «Hemos llegado al final. Hemos encontrado los huesos de san Pedro, identificados científicamente por especialistas en el tema.» No vamos a detallar el largo proceso investigador que ha llevado a esa conclusión. Sólo decir que la identificación científica de la tumba de san Pe¬dro es obra de los padres jesuitas Kirschbaum y Ferrúa, y de los investigadores Ghetti y Josi. Todo el proceso investigador comenzó en 1939, con Pío XII, cuando se estaban llevando a cabo unas excavaciones para preparar la tumba de Pío XI. Mientras se estaban haciendo las excavaciones se descubrió un mosaico. Pío XII mandó que siguieran excavando, y apareció una necrópolis, que ya la tradición localizaba bajo el baldaquino de San Pedro. Dice la tradición que a san Pedro lo crucificaron cabeza abajo, en el circo de Calígula y Nerón, al lado del monte Vaticano. Y en el monte Vaticano había una necrópolis, un cementerio. A San Pedro lo enterraron en esa necrópolis en la ladera del Monte Vaticano, y en una tumba pobre. Constantino edificó sobre esa tumba la primitiva basílica. Lo que siempre la tradición afirmaba se corroboró en dos fases: primera el hallazgo de su tumba, vacía, en 1950 y, posteriormente, sus restos óseos de manera indubitada.