Terminamos con este segundo artículo una breve biografía de María, en estas fechas cercanas a la recién celebrada fiesta de su Natividad a modo de felicitación de cumpleaños.
Los datos de cuándo regresó María y su familia a Nazaret no son claros, ya que por un lado Lucas, después de la presentación en el Templo nos indica que regresaron a Galilea, concretamente a la ciudad de Nazaret, donde el Niño crecía y se fortalecía (Lc 2, 40) mientras que Mateo nos presenta la llegada de los Magos de Oriente (Mt 2,1-11), la huida de la Sagrada Familia a Egipto (Mt 2,13-14), la muerte de los Inocentes (Mt 2,16-18) y sólo hasta la muerte de Herodes no regresan a Nazaret.
Desde ese momento la familia vivió de manera estable en Nazaret. Cada año, según la tradición judía, se hacía una peregrinación al Templo de Jerusalén tal como Lucas nos narra (Lc 2, 41). El mismo evangelista nos cuenta el episodio de la pérdida de Jesús en el Templo. Sucedió al cumplir los doce años, que era la edad en la que se alcanzaba la ciudadanía y todos los derechos y obligaciones de un judío, Jesús fue llevado como de costumbre al Templo (Lc 2,42-50). Después de este suceso, la vida de José y María transcurrirá normalmente en Nazaret y Jesús les estaba sumiso, mientras María guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc 2,51). Durante este período suponemos que José murió posiblemente cuando Jesús habría tenido unos veinticinco años. La siguiente vez que aparece María citada es en las bodas de Canán (Jn 2,1-11), escena en la cual ya no se nombra a José como asistente a la misma.
Al comenzar Jesús su vida pública lo más probable es que María continuaría su vida con normalidad en Nazaret. Sin embargo, no hay razón tampoco para dudar que Jesús la visitaría con frecuencia. Un dato nos lo aporta el evangelista Mateo en donde se nos narra que al menos una vez María fue a visitarle mientras ejercía su ministerio. Es muy posible que todos los años subiera con María a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Algunos autores piensan que de ser eso cierto lo más posible es que se quedara en casa de Lázaro, en Betania, lo cual explicaría el hecho de la presencia de María en la Crucifixión que nos narra Juan en su Evangelio (Jn 19,25-27). María, posiblemente avisada por alguno de los discípulos, habría estado presente en todo el doble proceso religioso y político al que Cristo fue sometido y asimismo asistiría, con el mayor dolor, a la cruel Crucifixión de su Hijo. Finalmente, recibirá el cuerpo de Jesús descendido de la cruz por los Santos Varones y lo acompañaría hasta el sepulcro. Esa noche posiblemente habría regresado a casa de Lázaro en Betania.
Tras la Crucifixión, la próxima referencia que tenemos sobre María es su presencia en Pentecostés, donde, junto con los discípulos "perseveraba en oración".
La vida de María tras la Resurrección quedó unida a la comunidad. Desde la muerte de Jesús viviría con san Juan (Jn 19,25) y en estrecha comunión con los demás miembros de la Iglesia naciente. Después de Pentecostés no volveremos a tener referencia bíblica sobre su vida. Existen dos tradiciones que nos hablan de su residencia en Éfeso y otra en Jerusalén. Puede que residiese algún tiempo en Éfeso aunque la hipótesis de su estancia permanente en Jerusalén es más aceptada. Probablemente acabó sus días terrenales en Jerusalén hasta que, como dice el dogma de la Asunción, "llegado el final de su vida terrena, María fue asunta al cielo en cuerpo y alma".
Desde ese momento la familia vivió de manera estable en Nazaret. Cada año, según la tradición judía, se hacía una peregrinación al Templo de Jerusalén tal como Lucas nos narra (Lc 2, 41). El mismo evangelista nos cuenta el episodio de la pérdida de Jesús en el Templo. Sucedió al cumplir los doce años, que era la edad en la que se alcanzaba la ciudadanía y todos los derechos y obligaciones de un judío, Jesús fue llevado como de costumbre al Templo (Lc 2,42-50). Después de este suceso, la vida de José y María transcurrirá normalmente en Nazaret y Jesús les estaba sumiso, mientras María guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc 2,51). Durante este período suponemos que José murió posiblemente cuando Jesús habría tenido unos veinticinco años. La siguiente vez que aparece María citada es en las bodas de Canán (Jn 2,1-11), escena en la cual ya no se nombra a José como asistente a la misma.
Al comenzar Jesús su vida pública lo más probable es que María continuaría su vida con normalidad en Nazaret. Sin embargo, no hay razón tampoco para dudar que Jesús la visitaría con frecuencia. Un dato nos lo aporta el evangelista Mateo en donde se nos narra que al menos una vez María fue a visitarle mientras ejercía su ministerio. Es muy posible que todos los años subiera con María a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Algunos autores piensan que de ser eso cierto lo más posible es que se quedara en casa de Lázaro, en Betania, lo cual explicaría el hecho de la presencia de María en la Crucifixión que nos narra Juan en su Evangelio (Jn 19,25-27). María, posiblemente avisada por alguno de los discípulos, habría estado presente en todo el doble proceso religioso y político al que Cristo fue sometido y asimismo asistiría, con el mayor dolor, a la cruel Crucifixión de su Hijo. Finalmente, recibirá el cuerpo de Jesús descendido de la cruz por los Santos Varones y lo acompañaría hasta el sepulcro. Esa noche posiblemente habría regresado a casa de Lázaro en Betania.
Tras la Crucifixión, la próxima referencia que tenemos sobre María es su presencia en Pentecostés, donde, junto con los discípulos "perseveraba en oración".
La vida de María tras la Resurrección quedó unida a la comunidad. Desde la muerte de Jesús viviría con san Juan (Jn 19,25) y en estrecha comunión con los demás miembros de la Iglesia naciente. Después de Pentecostés no volveremos a tener referencia bíblica sobre su vida. Existen dos tradiciones que nos hablan de su residencia en Éfeso y otra en Jerusalén. Puede que residiese algún tiempo en Éfeso aunque la hipótesis de su estancia permanente en Jerusalén es más aceptada. Probablemente acabó sus días terrenales en Jerusalén hasta que, como dice el dogma de la Asunción, "llegado el final de su vida terrena, María fue asunta al cielo en cuerpo y alma".
3 comentarios:
Sobre el orden de los primeros acontecimientos, María Valtorta, una vidente que tuvo revelaciones sobre la vida de Jesús lo ordena de esta manera: Nacimiento de Jesús en Belén. Circuncisión. Presentación del Niño Jesús en el Templo. Llegada de los reyes magos a Belén (al año o por ahí, del nacimiento de Jesús). Huída a Egipto. También hay una beata, Ana Catarina Emmerich, que tiene visiones sobre la vida de Jesús y la Virgen. Son revelaciones privadas pero ayudan un poquillo... yo recuerdo, más concretamente, haber leído algún fragmento sobre la infancia de la Virgen. En Medjugorje, también hay una biografía, supuestamente dictada por la Virgen a una de las videntes, de la Virgen María; aunque aún no está publicada. Espero haber ayudado. Saludos y que Dios le bendiga...
Le felicito también por su blog y le animo a que siga así. Disculpe la tardanza en mi saludo y respuesta.
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