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2.2.09

EL PAPEL DEL OBISPO EN LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA I

En una serie de artículos vamos a analizar la función y papel del obispo en la celebración eucarística. En este primer artículo veremos los ministros necesarios para la celebración y los momentos previos.
El obispo, cuando preside la celebración eucarística, hace que su Iglesia particular sienta el ministerio del pastor principal, que congrega al clero y al pueblo en unidad de apostolado.
La forma más solemne de la Misa episcopal es la llamada “Misa estacional” tradicionalmente llamada “Misa pontifical” sobre todo cuando la celebra en su catedral en los días más solemnes de año litúrgico o en ocasiones importantes de la vida diocesana. A esta Misa nos vamos a referir.
Cuando oficia el obispo se precisan más ayudantes que la Misa que oficie un presbítero. Debe haber al menos tres diáconos –ministros tradicionalmente asociados al obispo–, uno para servir el altar y proclamar el Evangelio y otros dos más cercanos como ayudantes inmediatos del obispo. En su defecto el papel diaconal lo desempeñarían presbíteros concelebrantes. Los presbíteros concelebrantes no deben faltar y si la catedral tiene Capítulo deberían concelebrar el deán y algunos canónigos. Tampoco debe faltar un maestro de ceremonias para dirigir los ritos. Hay que sumar a los acólitos habituales para la procesión de entrada (turiferario, naveta, crucífero, ceroferarios en mayor número) dos acólitos ministros del báculo y la mitra con humerales detrás del obispo. El ministro del báculo se situará a la izquierda (el obispo porta el báculo con su mano izquierda con la parte curva superior redondeada hacia el pueblo) y el de la mitra a la derecha. Si participan más obispos, sólo el metropolitano portará báculo y ocupará la cátedra. Es muy aconsejable que las lecturas las hagan lectores instituidos a ser posible, para así poner de manifiesto la variedad de ministerios y la pluralidad de oficios.
Se puede seguir la tradición romana de siete acólitos portando luces, significando las siete iglesias primitivas. Estas luces se colocan posteriormente en el altar o cerca.
La recepción al obispo puede hacerse de varias formas. Describimos la forma más ceremoniosa. El obispo debe llevar hábito coral o sotana púrpura con faja. En los días más señalados del año litúrgico, solemnidades o visitas pastorales debe ser recibido formalmente en las puertas de la catedral o templo de la siguiente manera: el deán o representante –párroco si es visita pastoral– le espera en la puerta adecuada, acompañado de un acólito que porta el acetre con agua bendita e hisopo. Se inclina ante el obispo y le entrega el hisopo. El obispo, tras quitarse la birreta y el solideo se asperge a sí mismo y a sus acompañantes. Si hay aspersión en la Misa este rito se omite.
Los canónigos –o clero– le han esperado en el interior de la catedral en fila de dos. Se dirigen procesionalmente primeramente al lugar donde esté reservado el Santísimo. Allí el obispo, tras quitarse el solideo, hace genuflexión y reza, acompañado de sus más cercanos colaboradores, durante un breve tiempo. Al terminar y tras colocarse de nuevo el solideo se dirige a la sacristía donde los diáconos y ayudantes ya deben estar revestidos.
El obispo se quita la cruz pectoral, la muceta y el roquete. Dos ayudantes le traen un aguamanil, jofaina y toalla, haciendo la reverencia que está indicada siempre que se le sirve al acercarse, al alejarse o si se pasa delante de él. Al acabar de lavarse las manos, el obispo se reviste. El derecho a la llamada “pontificalia completa”, o sea, a portar todos los signos pontificales, está reservada al obispo diocesano.
El obispo se pone alba y estola, sobre ellas la cruz pectoral con cordón verde y dorado. Bajo la casulla lleva la dalmática episcopal. El obispo metropolitano llevará, además, el palio sobre la casulla, sólo en la Misa solemne, en las ordenaciones, dedicaciones de iglesias o altares y otras ocasiones. En la cabeza mitra sobre el solideo. Hay varias clases de mitra, según las ocasiones y tiempos litúrgicos. Si participan otros obispos, además de los ornamentos propios de un presbítero, llevarán la cruz pectoral bajo la casulla y una mitra sencilla.
Cuando todo está dispuesto y a una señal del maestro de ceremonias se inicia la procesión de entrada, que trataremos en otro artículo
Terminamos aclarando dos cosas: cuando decimos que el obispo se quita el solideo, mitra u otra prenda se entiende que lo hace un ayudante. Además, no confundir la palabra palio con lo que seguramente cualquier cofrade piensa: el palio episcopal en una tira de tela de lana blanca a modo de estola que se coloca alrededor del cuello con tiras sobre el pecho y la espalda decorada con seis cruces negras. Lo llevan los arzobispos metropolitanos y el papa significando el buen pastor que porta a sus ovejas y que da su vida por ellas.

2 comentarios:

Alejandro dijo...

D. Jesús escribe un blog muy interesante donde aprendo muchas cosas prácticas y curiosas sobre la liturgia de nuestra Iglesia Católica.

Gracias
Alex.

Anónimo dijo...

Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.

- Daniel