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22.12.07

LA GENUFLEXIÓN

La genuflexión es signo de adoración y sumisión a Dios –hágase tu voluntad– y se considera como el acto supremo de reverencia de nuestro rito.
La genuflexión se hace siempre con la rodilla derecha llevándola hasta el suelo e inclinando la cabeza. Por ser signo de adoración está reservada al Santísimo Sacramento y a la Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo. También se debe hacer genuflexión cada vez que pasemos por delante del Santísimo Sacramento y a las reliquias de la Santa Cruz, expuestas para su veneración. No se debe, por lo tanto, hacer genuflexión ante imágenes y menos aún si son marianas o de santos. Otra cosa distinta es orar de rodillas.
Seguramente es un gesto heredado de la cultura romana, como signo de respeto ante las personas constituidas en autoridad. Y desde el si­glo XII-XIII se ha convertido en el más popular símbolo de nuestra ado­ración al Señor presente en la Eucaristía: es una muestra de la fe y del re­conocimiento de la Presencia Real. Es todo un discurso corporal ante el sagrario: Cristo es el Señor y ha querido hacerse presente en este sacra­mento admirable y por eso doblamos la rodilla ante Él.
Litúrgicamente el sacerdote que preside la Eucaristía hace tres genu­flexiones: después de la consagración del Pan, después de la del Vino, y antes de comulgar. Si el sagrario está en el presbiterio hace también genuflexión al llegar al altar y al final de la celebración, al igual que deben hacerla cualquier fiel que pase por delante del sagrario, incluido el lector que sube al ambón. Sin embargo no se hace genuflexión cuando una procesión pasa por delante de la capilla sacramental.
Hay otros momentos en que tiene expresividad esta postura: por ejemplo cuando se recita el "Incarnatus" del Credo en las fiestas de la Anunciación y Navidad; o cuando el Viernes Santo se va a adorar la Cruz. El gesto se ha convertido en uno de los más clásicos para expresar la adoración y el reconocimiento de la grandeza de Cristo, o también de humildad y penitencia.
La genuflexión doble –con las dos rodillas e inclinación de cabeza– se ha suprimido pero es loable mantener ese signo en algunas ocasiones, por ejemplo al entrar al templo donde se halle expuesto de manera solemne el Santísimo.
Jesús Luengo Mena

7 comentarios:

Anónimo dijo...

quisiera preguntarle si es correcto despojar el altar en la misa de gallo para vestirlo y adornarlo durante el canto del gloria.
Gracias, espero su respuesta.
Un saludo y feliz navidad.
Mi correo es ildecn@hotmail.com

Jesús Luengo Mena dijo...

Aunque le contesté por email dejo aquí también mi respuesta. La costumbre de "desnudar el altar" está reservado para el Viernes Santo, día en que Jesús muere y la Iglesia está de luto. El Adviento exige una relativa austeridad, pero no tanto como la Cuaresma

Anónimo dijo...

Cuando el sacerdote bendice al fin de la misa, corresponde la genuflexión?
Gracias, Barbara

Mónica Alvarado dijo...

Quisiera saber si se puede dispensar de hacer la genuflexión al pasar frente al sagrario, al momento de subir al ambón para hacer la lectura, porque al lector le da temor de caerse o no poder pararse rápido. Gracias.

Mónica Alvarado dijo...

Quisiera saber si se puede dispensar de hacer la genuflexión al pasar frente al sagrario, al momento de subir al ambón para hacer la lectura, porque al lector le da temor de caerse o no poder pararse rápido. Gracias.

Unknown dijo...

Hola Solange. El IGMR dice: Genuflexión e inclinación
274. La genuflexión, que se hace doblando la rodilla derecha hasta la tierra, significa adoración; y por eso se reserva para el Santísimo Sacramento, así como para la santa Cruz desde la solemne adoración en la acción litúrgica del Viernes Santo en la Pasión del Señor hasta el inicio de la Vigilia Pascual.
En la Misa el sacerdote que celebra hace tres genuflexiones, esto es: después de la elevación de la Hostia, después de la elevación del cáliz y antes de la Comunión. Las peculiaridades que deben observarse en la Misa concelebrada, se señalan en sus lugares (cfr. núms. 210-251).
Pero si el tabernáculo con el Santísimo Sacramento está en el presbiterio, el sacerdote, el diácono y los otros ministros hacen genuflexión cuando llegan al altar y cuando se retiran de él, pero no durante la celebración misma de la Misa.
De lo contrario, todos los que pasan delante del Santísimo Sacramento hacen genuflexión, a no ser que avancen procesionalmente.
Los ministros que llevan la cruz procesional o los cirios, en vez de la genuflexión, hacen inclinación de cabeza.
concluyendo, el lector es un ministro, por ende si el Tabernáculo o Sagrario con el Santísimo Sacramento está en el presbiterio no se debe hacer la genuflexión, pero si esta fuera de el si
DTB

Jesús Luengo Mena dijo...

Evidentemente, si las circunstancias impiden hacer de manera segura la genulexón o la salud de la persona no lo permite, se puede hacer otro signo de reverencia, como la inclinación de cuerpo. No sé si hay norma que lo disponga, pero lo dicta el sentido común, que también hay que usarlo el la Liturgia.