El domingo 17 de octubre todas las diócesis del mundo están llamadas a significar la puesta en marcha del Sínodo mediante una celebración en la que, como comunidad, invocaremos al Espíritu Santo para que nos siga acompañando y marcando el camino a seguir.
Previamente, el domingo 10 de octubre el papa Francisco lo ha iniciado con una solemne Eucaristía en el Vaticano.
En Sevilla será a las 19h con una Eucaristía en la catedral. De esta forma el arzobispo convoca a toda la Archidiócesis a participar de este proceso de crecimiento en la fe, sintiéndose comunidad orante, de modo que, como recomendaba San Pablo, no extingamos la acción del Espíritu, examinándolo todo y quedándonos con lo bueno.
El lema del Sínodo es: Por una Iglesia sinodal: comunión,
participación y misión.
Pero ¿qué es un
Sínodo? Algunas personas pueden pensar
que es como un Concilio, pero más reducido. Y no les falta razón. Y ¿qué es la
sinodalidad? término nuevo que leeremos y oiremos muchas veces a partir de
ahora.
El Sínodo de los Obispos es una institución permanente, creada por Pablo VI en 1965, como respuesta a los
deseos de los padres conciliares del Vaticano II para mantener vivo ese
espíritu de colegialidad que había nacido de la experiencia conciliar. El
Sínodo puede ser definido, en términos generales, como una asamblea de obispos
que tiene como tarea ayudar al Papa en el gobierno de la Iglesia universal
dándole su consejo. Sus deliberaciones y conclusiones no son ejecutivas sino
solo consultivas.
La novedad de este Sínodo
consiste en que, previamente a la reunión de todos los obispos, que será en
2023 y, siguiendo la intención del papa
Francisco, la Iglesia entera participará en la búsqueda de la sinodalidad, para propiciar que, de
manera real y efectiva, todos los bautizados, comenzando por el Papa, los obispos,
los sacerdotes, consagrados y laicos caminemos juntos en comunión y
fraternidad. Así pues, hay un camino a recorrer en dos años hasta la
culminación del Sínodo en el Vaticano. Esa asamblea será la XVI Asamblea
General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Así que podemos afirmar que el
Sínodo de 2023 en realidad comienza este mes de octubre, en el que no
participan solo los obispos, sino todo el Pueblo de Dios.
La finalidad del Sínodo de 2023 es escuchar a toda la Iglesia y
encontrar métodos que faciliten el llevar este concepto de sinodalidad a la
práctica. En definitiva, la participación de todo el Pueblo de Dios.
La sinodalidad era la forma y el
estilo de la Iglesia primitiva y consiste en caminar juntos, no solo la
jerarquía. Sinodalidad es un término nuevo que expresa
la identidad de la Iglesia como Pueblo de Dios en camino, en peregrinación
hacia el Reino; subraya la dignidad común de todos los cristianos y afirma su
corresponsabilidad en la misión evangelizadora.
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