Cuando
la Conferencia Episcopal reciba las contribuciones de las diócesis,
los obispos se reunirán en asamblea para conocerlas y se redactará una
síntesis, que deberá enviarse a Roma antes de abril de 2022.
Posteriormente
habrá una fase continental del Sínodo. Esta segunda fase, que se celebrará entre septiembre de 2022 y marzo de 2023, tiene
como objetivo que la Iglesia, a nivel continental o regional,
dialogue sobre las aportaciones realizadas por las Iglesias particulares. En
total se celebrarán siete
asambleas continentales: África, Oceanía, Asia, Oriente Medio, Europa,
América Latina y América del Norte. En ellas participarán obispos y otros
miembros del Pueblo de Dios, para llevar a cabo un discernimiento presinodal. Cada asamblea redactará un documento
final que deben enviar a Roma en marzo de 2023. Al mismo tiempo, se estarán
celebrando asambleas internacionales de especialistas, que también enviarán sus
contribuciones a Roma. Con todo este material, la Secretaría General Permanente del Sínodo
redacta el Instrumentum laboris, que publicará antes de junio de 2023.
Y en 2023,
en el mes de octubre, se reunirán en el Vaticano los obispos y reflexionarán
sobre las aportaciones y las conclusiones que han elaborado las diferentes
Conferencias Episcopales y otros organismos. Una tarea ingente a la que estamos
llamados a poner nuestro granito de arena.
Y ¿cómo podemos los laicos contribuir? Todos vamos a poder participar desde los distintos grupos eclesiales a los que pertenezcamos: parroquias, hermandades, movimientos juveniles o de familia, etc. En su momento recibiremos materiales de reflexión y cuestionarios. Desde estas líneas animamos a la participación, cada uno desde su ámbito y responsabilidad, ya que si el objetivo es la participación y no lo hacemos el Sínodo se quedará en papel mojado.
Para conocer todo lo
relativo al Sínodo, sus avances y programación se puede consultar la web https://www.synod.va/es.html.
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