Vamos en este artículo a ver en detalle dos elementos de la vestidura eclesiástica muy parecidos, comenzando con la esclavina.
La esclavina es una
capa corta que los obispos pueden usar encima de la sotana. Va pegada a los
cuellos de la sotana por la parte superior (como un cuello postizo) y
llega hasta la altura del codo.
Por la parte del frente de la sotana se abre un palmo. La
esclavina es del color de la sotana y lleva un filo de color rubí en el caso de
los obispos, rojo en el caso de los cardenales, y blanco para el
Sumo Pontífice. Cuando los cardenales visten sotanas rojas, o los
obispos llevan sotana púrpura es la muceta la que cumple la función de la
esclavina, siendo ella del mismo color que la sotana y vistiéndose sobre el
roquete.
Ya el propio nombre llama la atención: parece que procede de
esclavo, por razón del voto o promesa que obligaba a cumplir una peregrinación.
De esta forma, quien la usa es alguien que está dispuesto a servir
incondicionalmente a la causa a la que voluntariamente se adhiere. En este
caso, sería un signo visible de lealtad a esa causa.
La esclavina surgió por algo práctico: para protegerse del frio,
por lo cual era especialmente útil a los peregrinos. Como tal, forma parte del
atuendo tradicional del peregrino y de los romeros. Recordemos que, por
ejemplo, la imagen del Apóstol Santiago que se encuentra sobre el altar mayor
en la catedral de Compostela lleva una esclavina sobre los hombros.
Actualmente, la esclavina es una prenda que indica jurisdicción.
Ese es el motivo por el cual el papa Benedicto XVI, al renunciar, determinó que
no usaría más la esclavina en su sotana, como símbolo de que no tenía jurisdicción.
No es prenda litúrgica.
También la usan los monaguillos en algunas de nuestras
hermandades, especialmente en la estación de penitencia.
La prenda más parecida a la esclavina es la muceta, de que vamos
a escribir a continuación.
La muceta es una
prenda corta que cubre el pecho y la espalda, y que, abotonada por delante,
usan como señal de su dignidad los prelados, doctores, licenciados y ciertos
eclesiásticos. Puede tener cogulla (capucha) o no. No es prensa exclusivamente
eclesiástica (como las dalmáticas) pues también se usan en el mundo civil,
especialmente en los ámbitos universitarios y judiciales.
Suele ser de seda, pero las hay
también elaboradas en otra materia. Al parecer deriva de una prenda con
capucha que se ponían sobre los hombros, como parte de la capa o adherida a
ella, los agricultores o peregrinos para protegerse de las inclemencias del
tiempo. En este sentido tiene un origen similar a la esclavina. La
muceta sobre el roquete suelen usarla los obispos cuando toman posesión de
alguna diócesis, si son trasladados de su anterior diócesis a la que
inicialmente fueron asignados o en ceremonias no eucarísticas.
En cuanto al color, la papal depende
de la estación: en los meses de verano viste una muceta de seda color granate,
mientras que en invierno es de terciopelo bermellón con ribetes de armiño (la
hay especial, adamascada y con armiño blanco, para el tiempo pascual).
Los cardenales usan muceta roja y la de los obispos es púrpura.
El color de la muceta de los canónigos depende de la diócesis, y suele ser
morada o negra. Por privilegio, los párrocos españoles tienen el derecho a usar
muceta negra con forro morado rojizo sobre el roquete, con el escudo de su
parroquia bordado en uno de sus lados. No obstante, es muy difícil ver hoy día
a un párroco que la use. La acompañan con bonete coronado de borla color morado
rojizo, llamado «morado de párroco». El historiador Ramón de la Campa da
testimonio de haber visto con muceta a don
José Ruiz Mantero, don José Álvarez Allende y a don Antonio Rollán García-Donas[1],
párrocos sevillanos ya fallecidos.
En el ámbito
universitario, la muceta propia del traje académico español es del color de la
Facultad donde se ha obtenido el respectivo grado, salvo la del Rector, que es
de terciopelo negro y con abotonadura del mismo color.
Fuente: https://liturgiapapal.org
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